(Narra
Zayn)
Odiaba tener que dejarla sola cuando venía a pasar unos
días conmigo pero no podía hacer nada al respecto. Estábamos llenos de trabajo
y justamente la agenda se llenaba más cuando ella decidía venir a verme. Eran
las siete y ya estaba casi listo para irme. Sí, yo… que me cuesta más que a
nadie despertarse. Pero es que cuando ella estaba a mi lado, no me costaba
nada. Quería pasarme todo el día despierto observándola. Estaba dormida con los
ojos cerrados y la boca cerrada, el pelo tapando una parte de su cara y el
resto esparcido por la almohada. Parecía que los años no pasaban. Seguía con su
rostro angelical, solo que sus facciones se habían marcado más.
-Mi amor… - dije acariciando su cara, apartando el pelo
que cubría parte de esta. – Me voy ya.
-No…
-Sí, me voy ya. Te he dejado… – me acerqué a su oído. –
Te he dejado dinero en la mesa que hay en la cocina.
-Llévatelo. – susurró abrazándome. – No lo quiero, yo
tengo.
-Se que tienes pero quiero dártelo.
-No lo quiero, en serio. – se sentó para mirarme. Le
acaricié la cara, se lo estaba tomando mal.
-Te he dejado también el desayudo preparado ¿vale? –
cambié de tema, le di un beso en los labios antes de levantarme. – Ah… y
también un pase para que puedas pasar sin preocupación en el O2, ya sabes
dentro de dos días tocamos allí. – asintió sonriendo.
-¿Puedo pasarme a cualquier hora?
-Sí, a la hora que quieras. – me incliné para besarla
aunque no lo logré.
-¿Hasta qué hora vas a estar?
-A las nueve estaré por aquí. – asintió mirando mis
labios. – ¿Ahora me dejas besarte? – Negó divertida.
-Solo… - volvió a mi oído. – solo si te llevas el dinero.
– Que cabezota era… sonreí porque eso era lo que me gustaba de ella.
-Vale. Me lo llevo. ¿Me dejas besarte? – soltó una
carcajada antes de rozar sus labios con los míos, se movían suavemente,
incitando con mi lengua que abriera la boca, su lengua se introdujo
sin esperármelo haciendo que gimiera por sentir su tacto. El movimiento de
nuestros labios aceleró causando que me acostara encima de ella acariciando su
cuerpo cubierto de ropa. – Odio que haga tanto frío… siempre llevas mucha ropa.
– su boca bajó a mi cuello dando pequeñas mordidas en él. – Mor… tengo un
concierto dentro de dos días, no me dejes marca…
-Lo siento… el momento me ha podido. – volvió a mis labios para saborearlos unos segundos
más antes de terminar con pequeños besos. – Se te hace tarde.
-Te espero. Ven pronto, quiero tenerte cerca estos días.
-En unas horas estoy allí, cariño. – le di un último
beso. – Te amo.
-Y yo mi amor. - salí a regañadientes de mi departamento.
Los últimos años no había conseguido que se mudara a vivir conmigo en Londres y
eso me ponía de los nervios pero esperaría el tiempo que sea necesario hasta
que ella lo decidiera sola. Me subí a mi coche y conduje hasta el O2. Me metí por la parte de atrás
saludando a mis ya habituales amigos... seguridad, sonido, limpieza, entre otros.
-¡Hey Zayn! – gritó Louis desde el escenario. Lo saludé
con la mano mientras subía. – Pensé que no vendrías.
-Si pudiera saltármelo, lo haría. ¿Y los demás?
-Liam y Niall se han ido al Starbucks a por el desayuno y
Harry está en el backstage con Nere.
-¿Nere está aquí?
-No se sentía bien y se la ha traído. – pobre… eso del
embarazo, la dejaría muerta. – Se va a aburrir.
-No lo creo. More vendrá en nada. – me sonrió alzando una
ceja. – Es que la voy echar de menos hasta que vuelva a venir.
-¿Por qué no se muda de una vez? – me encogí de hombros.
– Tendrías que hablar con ella. – Lo haría pero no para agobiarla. Y también
tenía que hablar con él.
-Por cierto… - le pasé un brazo por el hombro para darle
confianza. - ¿Qué te pasa con Michelle? La tratas fatal.
-Y ella a mí.
-Os tratáis fatal. ¿Por qué? – nos sentamos en el suelo
mientras los técnicos de sonido preparaban algunas cosas que quedaban por
acabar. Miró a un punto fijo del suelo intentando buscar dentro de él para
decirme el porqué de su actitud. – Venga Louis… soy tu amigo. – pasé un brazo
por encima de su hombro. - ¿Qué es lo que pasa? ¿Te gusta?
-¡No! – gritó separándose de mí. Se sentó en frente para
mirarme a los ojos. – Que cosas dices Zayn. Yo amo a la madre de mi hijo. – no
dije nada, así que continuó. – No me gusta que Michelle siga siendo amiga de
Caroline. No soporto la idea de que haga algo malo en contra de Nerea y Harry.
– asentí comprendiendo. – Y ahora lo que más me preocupa es que está de por
medio el bebé. No quiero que Harry sufra una decepción después de, bueno… ya
sabes…
-Sí, después de lo que pasó con su primer hijo. – asintió
con tristeza. – Entiendo tu preocupación pero te estás pasando con tu actitud.
Pareces un idiota.
-¡Es amiga de Caroline!
-No me grites. – dije ya enfadado. – Y para tu
información hace más de un año que no sabe nada de ella. Eres un imbécil por
tratarla mal sin si quiera informarte antes. Es una persona con sentimientos,
tío. ¿Y sabes que es lo peor? – negó enfadado. – Que tú tonta actitud la está
alejando de Jack y al final acabaremos cada uno con sus respectivas familias
como si nunca hubiéramos sido amigos cuando no es así. Somos todos como
hermanos pero por una cosa o por otra eso se está acabando y nos estamos
olvidando de ello. – Me levanté enfadado porque sabía que tenía razón. No le
estaba gritando pero mi tono de voz era bastante elevado comparándolo con mi
tono de voz habitual. – Y pídele perdón. Deja de comportarte como un
adolescente que ya no lo eres. Tienes 25 años, tío. Madura de una vez. – lo
miré por última vez y asintió mirando al suelo. – Pídele perdón.
-No hace falta que me lo repitas. Sabes que lo haré.
Fui hasta el
backstage encontrándome con Harry y Nerea. Estuvimos un rato hablando antes de
que nos llamaran para ensayar para el concierto. Nerea se había sentado en la
zona VIP, en primera fila para ver como lo hacíamos. Dos horas cantando para
que saliera genial. Solo tres canciones más y acabábamos el primer ensayo.
Mientras Liam empezaba con la penúltima canción que era “Live While Were Young” aproveché para beber agua, me dolía la
garganta. Cuando me giré para empezar con mi solo, la vi entrar, caminaba por
uno de los pasillos mirándome, le sonreí. Se sentó a lado de Nerea y empezaron
hablar. Terminamos con “What Makes You
Beautiful”. Salté del escenario para saludarla, casi me mato pero no
importaba.
-¿Estás bien? – dijo riéndose. Se acercó para ayudarme
pero no hacía falta porque estaba bien. Puse mis manos en su cintura cuando
ella rodeó mi cuello con sus brazos. – Lo has hecho muy bien. – me susurró
dejando un pequeño beso debajo de la oreja. Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Bajó una de sus manos por mi espalda hasta llegar a mi culo, la dejó unos
segundos allí hasta que sentí que la metía en mi bolsillo trasero del pantalón
y un leve peso cayó dentro. Bajé una mano cogiendo la suya, palpé por encima de
esta intentando averiguar que era. – Tu dinero… te dije que no lo quería.
-No quiero que me lo devuelvas. – sacó la mano de mi
bolsillo para esta vez acariciar mi cara. - ¿Por qué no puedes aceptarlo? Es
dinero, joder, tampoco es para tanto. No se va a acabar el mundo porque lo
aceptes. En serio que no te entiendo.
-Es que te lo dije en su momento. No quiero tu dinero.
Para algo trabajo. Tengo el dinero suficiente para mantenerme a mi misma y que no me falte de nada. Sé que
comparado con el tuyo es nada pero a mí me sirve ese dinero.
-Pero soy tu novio. Quiero que no te falte de nada ¿tan
difícil de comprender es eso? – me separé pero no dejó volviendo a su posición
anterior esta vez pegándose más. Volví a rodear su cintura con mis manos,
abrazándola para que no se escapara aunque claramente el que tenía la intención
de separarse de ella era yo.
-¡En diez minutos empezamos! – gritó Paul. -¡Hola More! –
ella le sonrió, miré asintiendo y volví a centrarme en ella.
-Por esa regla de tres, tengo que ser una mantenida ¿no?
No es tan difícil de entender, Zayn. He traído dinero para estos días que me quede
aquí. Lo suficiente para volver a Madrid con algo también. – desvié la mirada a
otro sitio, no quería mirarla a los ojos porque me costaba tanto entenderla…
Que era dinero, no era otra cosa. Me molestaba que no lo quisiera, yo se lo
daba porque quería, no porque me lo pidiera. Enredó sus dedos en mi pelo. Con
lentos movimientos dirigió mi cara a su cuello, le di un pequeño beso y aspiré
su perfume. Me encantaba su olor. – Te quiero. – susurró. – No te enfades. – la
miré sonriendo, me podía, sin duda me tenía comiendo de su mano. Acerqué mi
cara a la suya dándole un beso. Perfecto para sentirla. Nuestras bocas se
movían al mismo ritmo, rocé su labio inferior con mi lengua. Mordió mi labio
separándose.
-No sabes todo lo que te echo de menos cuando no te tengo
a mi lado.
-Lo sé. – dijo. Le di un beso de mariposa en la mejilla,
me encantaba dárselos, eran muy románticos. – Yo también, amor. Me siento tan
sola cuando no estás a mi lado. – posé mi frente en la suya. – No te haces una idea de todo lo
que te amo. – un beso esquimal antes de besarla otra vez.
-Te aseguro que no más de lo que te amo yo. – me sonrió
arreglándome el pelo. – ¿Tan mal me veo?
-Digamos que te he despeinado sin darme cuenta. – dijo
riéndose, yo hice lo mismo.
-¡Vosotros! – gritó Harry riéndose. – Sube, Zayn, vamos a
empezar. – suspiré asintiendo. La dejé sentada con Nere y subí al escenario. ¿Por
qué había que ensayar tantas veces lo mismo? Ya lo teníamos más que controlado.
Me gustaba hacerlo pero no cuando me interrumpían en un momento tan espacial,
tan “Zore”. Le guiñé un ojo cuando sacó su móvil y nos hizo una foto mientras tanto Josh empezó a tocar “I Would” con su
batería.
(Narra
Andrea)
-Jack, para… - ducharlo se me hacía cada vez más
complicado. No se estaba quieto ni un minuto y con todos los juguetes que solía
traerse a la bañera, creo que terminaba lavando los juguetes que bañándolo a
él.
-Este me lo dio la tía Mitchie.
-Sí, es precioso pero déjame echarte el champú. – se
separó poniéndome el robot que tenía en las manos delante de la cara. - ¡Jack!
Te voy a castigar. – me miró y empezó a llorar. Sí es que era muy listo. –
Vale... lo siento pero déjame terminar ya. Llevamos más de media hora aquí
dentro. Me has empapado entera. – asintió sonriendo quedándose quieto. –
Seguramente tu tía Pamela debe de estar desesperada. Llegamos tarde.
-¿Vamos al parque?
-Algo así. Pero primero vamos a comprar unas cosas.
Mañana papá hace concierto y vamos a ir a verle.
-¡Bien! Hay mucho ruido cuando vamos a esos lugares,
puedo gritar y nadie me dice nada. – me reí. Que inocente era. – No me dirás
nada ¿no? – negué riéndome aún. ¿Cuando había crecido tanto? Era un listo. Pero
seguía siendo mi bebé. Lo vestí y peiné en minutos y yo hice lo mismo. Hace
muchísimo frío. Así que antes de salir de casa, me aseguré de que llevaba su
gorro preferido, a juego con los guantes y bufanda. No tardamos más de cinco
minutos en llegar.
-Ya era hora. – me dijo Pamela cuando me vio aparecer. –
Seguro que la tardanza se debe a que hiciste una de tus trastadas ¿no? – Jack
se encogió de hombros y sonrió. – Estas hecho un diablillo. – le agarró la
nariz moviéndola suavemente. Nos sentamos en una mesa del Starbucks porque aún
teníamos que esperar a Michelle. Tenía que agradecer que Jack se portara
bastante bien cuando salíamos de casa, solía estar tranquilo, jugando con lo
primero que pillara.
-¡Oh por dios! ¡Sois vosotras! – dos chicas detrás de
nosotros gritaron. – Os podéis hacer una foto con nosotras, por favor… - asentí
y me puse con Pamela a lado de ellas. – el pequeño Jack también.
-Jack, ven aquí cariño. – Me hizo caso y lo cogí en
brazos. Me dio un beso en la mejilla cuando el flash disparó en nuestra cara.
-Muchas gracias. – Les sonreímos y salimos fuera.
Sabíamos como era eso. La foto sería subida a twitter y una vez allí, más gente
vendría y sería un caos. Llamamos a Michelle y le dijimos que la esperábamos en
el centro comercial. Después de exactamente una hora llegó con varias bolsas en
la mano.
-Por fin, tía. – dije fastidiada de esperar.
-Lo siento. – se disculpó. – Yo ya me he comprado ropa
para el concierto de mañana y pasado. Así que solo faltáis vosotras. – miró a
Jack. – Y por supuesto, tú también. ¿Qué te vas a poner para ir a ver a One
Direction? – se encogió de hombros.
-Solo sé que podré gritar mucho y nadie me dirá nada. –
nos reímos y antes de empezar con la búsqueda de la ropa, pasamos por otro
Starbucks. Adictas al Starbucks eso es lo que éramos.
No recuerdo en cuantas tiendas estuvimos metidas. A
Michelle no se le escapaba ningún complemento. Llevábamos más de tres horas de
compras y notaba que Jack se empezaba a cansar.
-Mamá… quiero irme a casa.
-Espera un momento, en seguida acabamos. – lo cual era
mentira. Aún nos quedaba la ropa de Pame. - ¿Quieres que llamemos a Papá a ver
qué tal está? – asintió. Cogí el móvil y marqué.
………………….. Llamada de Telefónica ………………
-¡Cariño!
-Hola, Louis. ¿Estás ocupado?
-No, acabamos de terminar nuestro tercer ensayo, aún nos
queda uno para poder ser libres ¿Por qué? – tenía que llevárselo ó Jack
acabaría enfadado.
-Verás es que llevamos toda la tarde de compras y Jack
está cansado y me preguntaba su podrías venir a por él y llevártelo al O2, así
te ve. – suspiró pero finalmente me dijo que sí.
-Pero no puedo ir a por él. Va More ¿Vale? Te la paso y
habláis.
-Ok.
-Oye. - se rió. – Que te quiero, amor mío.
-Yo también bobo. – iba a decirle que me pase a More pero
Jack me dio unos golpecitos en la pierna para que le pasara el móvil. – Espera
que tu hijo quiero hablar contigo.
-¡Papá! Ven a rescatarte ¡por dios! Estoy muy aburrido. –
no podía escuchar lo que le decía Louis pero seguramente se estaría riendo. –
Menos mal… vale. Te la pongo ahora. – me pasó el teléfono.
-De verdad… lo que tiene que aguantar mi hijo… - me reí
por el tono que usó. – Te paso a More. Te veo después.
-Está bien. – Hablé unos minutos más con More para
decirle donde estábamos y colgué.
………………….. Fin de llamada ………………….
Esperamos quince minutos en el mismo Starbucks de antes.
More llegó y se llevó a Jack. Después de eso solo recorríamos el centro
comercial de arriba abajo, en cada tienda que veíamos nos metíamos e incluso
había algunas en las que habíamos estado con Jack hacía unas horas atrás.
-¡Dios! Estoy muy cansada. – dije tirándome en el sofá de
casa dejando que las bolsas volaran por la sala. – No vuelvo a salir de compras
contigo Michelle.
-Joder, ya sabéis como soy… pero no me podéis negar que nos
la hemos pasado muy bien.
-No, si no lo negamos. – contestó Pame. – Si nos encanta
aunque es agotador.
-Dejaros de tonterías… mañana tenemos que estar muy guapas.
Habrá mucha gente famosa y prensa.
-Dios… que más da eso. Yo la verdad estoy harta de la
prensa. – dije sentándome.
-Pues por eso. Sabes como son. Están esperando el momento
perfecto para puntuar como vestimos y para meter mierda para hacernos sentir
una jodida mierda elevada a infinito. – negué riéndome, estaba exagerando.
-Es verdad lo que dice Michelle. Lo hacen porque según
ellas somos poco cosa para los chicos. Preferirían que estuvieran con modelos,
cantantes y esas cosas.
-Sí, Pamela pero ¿cuánto tiempo llevamos con ellos? Años,
diría yo. Con hijos.
-Habla por ti y por Nerea. Nosotras aún nada de nada.
-Bueno... eso es igual. No podéis desconfiar ahora de
ellos, ahora no. – asintieron sonriendo. – Es más… voy a llamar a Louis para que cenemos todos juntos aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario