viernes, 25 de octubre de 2013

Capítulo 35.2


              (Narra Niall)
-“Que os quiero y espero que volváis prontito ¿eh? Cuidaros” – imité su voz. – Morí cuando dijo eso Harry. – le susurré. - ¿Porque me hace eso?
-¿El qué?

-Decir esas cosas. Ponerme celoso con ese idiota y lo peor de todo... besarlo cuando yo estoy mirando.
-¿Con Ryan? – asentí mirando la pantalla en la que se veía ahora a Bego sentada en un sofá individual con el móvil en la mano. – Pues la hace feliz y la quiere, tío.

-Gracias por apoyarme ¿eh? Que buen amigo eres Hazza. – dije con sarcasmo.
-Ya te lo he dicho mil veces. Fuiste un idiota ¿Cómo la dejas? En su cumpleaños y encima como si nada hubiera pasado.

-Sabes que no podíamos con todo esto. – seguíamos susurrando.
-Luchaste tanto por ella… ¡Casi te vas de la banda rubio! y ¿para qué? Para hacerle eso… no entendí nada cuando la dejaste. – Tenía razón pero todo hubiera sido muy complicado. No quería lastimarla. Lo peor es que ahora estoy más enamorado de ella que antes, muriéndome por dentro porque está con otro, y además mis amigos lo apoyan, eso sí que era lo peor. Si mis amigos decían que él era bueno, era porque en realidad era un buen tío. – Sí ya estas así y solo la viste por una pantalla… imagínate cuando la veas en persona.

-No lo haré. No pienso hacerlo. No podría controlarme y no merece que la confunda. – me miró con una ceja levantada, me reí por su cara. – Ella es feliz y si él la hace feliz pues me aguanto por haber sido un gilipollas.
-Ryan es un buen tío y la quiere.

-Lo sé. No hace falta que me lo repitas tantas veces… - suspiré. - Por eso me he resignado a que me informes de lo que pasa en esa relación. Necesito saberlo todo. si Ryan se atreve a lastimarla... no se que haría Harry. Menos mal que estás tú.
-Tampoco te ilusiones mucho. No estaré siempre pendiente de lo que haga ____. – No quería hablar más sobre ella. – Tú tienes a Amy.

-No somos novios.
-Pero tampoco has hecho nada para negarlo. – Otro punto para Styles, pero ¿qué podía hacer? Es una de mis mejores amigas y como se llama ahora es una amiga con derecho, sin compromisos. Miré a la pantalla y volví a mirar como hablaban, Bego estaba de pie guardando unas cosas en su bolso. Era mi momento para acosarlo a él.

-¿Has visto lo guapa que está? – levantó la mirada del móvil y se quedó mirándola, sin decir nada, parecía que ni respiraba. – Harry…
-Es perfecta, Niall. ¿Con quién habrá quedado?

-Ni idea. – reí, sabía perfectamente que Harry me entendía porque le estaba pasando lo mismo con Bego, le volví a mirar pero él seguía igual. – Si no fuera porque estoy perdidamente enamorado de ____, podría hacer el intento con Bego. – me dio un golpe en el brazo, muy fuerte. – ¡Pero no me pegues! – grité en bajo mientras me acariciaba donde me había pegado.
-Que soy tu amigo, capullo. Ella es mía. – estaba enfadado.

-Tuya no creo… Ha quedado con alguien y muy tuya pues… no es. – me fulminó  con la mirada.
-¿Vale? ¡O te callas o te callas!

-Es broma, tonto. – dije despeinando sus rizos, soltó una risa de alivio y yo una carcajada.
- Ya va siendo hora de que os vayáis a cantar ¿eh? Lleváis muchas horas hablando. – dijo ella saliendo por la puerta.

-¿Has visto que sonrisa más perfecta tiene? – le miré. Harry en verdad la quería pero también había sido un idiota al dejarla ir ese día a la cita. Se notaba que ella no era la Begoña que se había enamorado de él. Había cambiado, había encontrado un nuevo amor. Su cara lo demostraba. - ¿Cómo pude salir con Taylor?
-¡Por gilipollas! eso es lo único que te puedo decir.

-Gracias, buen amigo del alma, irlandés y duende verde. – dijo con ironía. Solté una carcajada con la que estuve a punto de morir.
-Te quiero, Styles. – dije pasando un brazo por su hombro. – Somos unos tontos que sufren por un amor que dejaron escapar.

-Y que lo digas, Horan. Gilipollas nos viene mejor.- Reí y esta vez el también lo hizo.
-¿Vamos a saludar a fans? – dije levantando una ceja.

-¿Quieres algo más que compañía? – asentí pícaro. – Pues vamos. – nos levantamos despidiéndonos de los chicos y de Perrie y Paula. Caminamos a la salida. – Pero no con fans, ya sabes… luego hay rumores.
-¿Entonces? – pregunté confundido.

-Unas chicas de compañía que son bastante sexys y te llevan a la gloria. – rió coqueto subiéndose a su coche. Sabía dónde íbamos, solo para entretenernos.  - ¿Recuerdas su casa?
-Es un club, Harold. – dije riéndome. No sé ni cómo conseguimos llegar pero lo hicimos. Tuvimos cuidado de que no nos hicieran fotos ni nada de eso, era complicado llevar más de un año recorriendo mundo. No habíamos ni descansado por lo menos tres meses para emprender otras aventuras con una nueva gira. En realidad sí que necesitábamos descansar. Menos mal que nos faltaban dos meses y acabaríamos. Entramos en aquel lugar que para que vamos a mentir, nos solían tratar muy bien. Y como era de esperarse a esas horas, estaba vacío. – No hay nadie.

-Mejor, solo para nosotros. – Una de las chicas se acercó a Harry y la otra a mí, ya la conocía bien. Me dio un beso y beso mi cuello.
-¿Qué tal estas irlandés? – dijo caminando conmigo a la zona vip, más privacidad. – Hace mucho que no venias.

-Lo sé Jade, pero con la gira casi no podemos.
-Me he enterado de que tienes novia.

-Algo hay pero no es nada serio. – dije sentándola encima de mí. No perdíamos el tiempo y tampoco nos lo podíamos permitir. En menos de cuatro horas teníamos que estar en el escenario y no convenía levantar sospechas. – Solo diversión, ya sabes. – Me miró a los ojos y rozó sus labios con los míos para empezar a besarme con lentitud y ternura. Abrió la boca para que mi lengua se introdujera en ella, el beso subió la temperatura más de lo que esperaba. Mi amiguito estaba feliz y no lo disimulaba. – Quiero discreción, por favor. – dije separándome para respirar.
-No te preocupes. – me contestó en un gemido al sentir mis manos en sus pechos. – Ahora solo bésame y hazme el amor. - ¿hacerle el amor? Eso era imposible. Solo era sexo, con la única que podría hacer el amor, sería con _____ pero ni eso habíamos llegado hacer por lo tonto que había sido. – No pares Niall. – dijo cogiendo mi mano para que le quitara la ropa. Era hombre y mis hormonas masculinas eran débiles. Hice lo que me pidió y seguí acariciándola mientras ella gemía…

 
              (Narra Bego)
Había pasado más de una hora y Andy no aparecía. Me estaba empezando a preocupar, a lo mejor le había pasado algo pero mi mente también barajaba la idea de que me había dejado plantada. Vi pasar a la chica de antes. A la tonta, la llamé.
-Perdona ¿me puedes traer la carta?

-¿No esperaras a tu cita? – ¿Pero que más le daba? Mira que había tratado de ser amable pero no me lo ponía fácil. Respiré hondo, tenía que tranquilizarme.
-Eso a ti no te importa. Solo tráeme lo que te he pedido. – suspiró matándome con la mirada y se fue. Esto no se quedaría así, tenía hambre y ni un mensaje me había enviado. La rubia volvió y me tiró la carta en la mesa dejándome con la mano estirada. Ahora sí que se había acabado. Cogí la jarra de agua y la acerqué a la punta de la mesa.

-¡Espera! – ella paró sin volverse para mirarme.
-Eres una mal educada, cuando alguien te habla se la mira a la cara. ¿Pero qué más da? Por lo visto no tienes modales, creo que estas muy caliente, más bien diría que eres una zorra que no sirve ni para hacer un simple trabajo como este.

-¿Y tú sí? – me dijo desafiante. Me levanté para quedar a su altura y ponerme frente a  ella ya que no lo había hecho.
-Mas que tú, te lo aseguro. Por lo menos no voy vestida como una puta y trato mal a las clientas. – me iba a contestar pero no la deje. – ¡Ah no!  Espera, que solo te interesan los tíos jóvenes que puedan detener el calor que corre por tus venas ¿no? – cogí la jarra de agua y se la tiré encima. En ese momento pude ver a Andy llegar y caminar hasta donde estábamos. – Sí tenías algún problema conmigo solo tenías que habérmelo dicho y no tratarme como a una mierda. – cogí el bolso y empecé a caminar con las miradas de todos puestas en mí. Paré en seco al sentirlas, se notaba lo cotilla que era la gente porque casi no había gritado, solo había levantado un poco la voz y ya todos se habían puesto al tanto. Giré sobre mi misma para ver el panorama y después fijé mi mirada en Andy, tres segundos. Pasé por su lado y ni le miré, intentó agarrar mi brazo pero no lo dejé. Me puse las gafas de sol, no podía llorar, tenía que aguantar. Esperé a que el ascensor subiera. Disimuladamente miré y él hablaba con ella. No quería quedarme ni un minuto más allí. Las puertas se abrieron y me metí, Andy venía corriendo hasta donde estaba pero las puertas se cerraron y lo agradecí como nunca antes. Una lágrima de rabia bajó por mi mejilla y la limpié con enfado haciéndome daño. Las puertas del ascensor se volvieron abrir y él me esperaba casi sin aliento ¿en serio había bajado 20 pisos por las escaleras? Seguro que me iba a explicar lo que le había pasado pero en ese momento no tenía ánimos para verle y mucho menos, escucharle, la rabia me carcomía entera y ni yo me soportaba. Esperaba que le dijera algo pero pasé de él como él lo había hecho conmigo. Seguí mi camino y me siguió.

-¿Me puedes explicar porque has hecho eso? – ¿Dónde quedaba el “Seguro que me iba a explicar lo que le había pasado”? pero me encontré con un Andy que sonaba un poco enfadado. Le miré mal e intenté parar un taxi. – No pases de mí. ¡Casi me ahogo intentando alcanzarte! - Oh... ¿Me había gritado? ¿En serio?
-No puedo creer que hayas hecho esto.

-Yo no puedo creer que hayas hecho lo que vi. – suspiré enfadada. Paré un taxi y me subí. – ¡Ahora no huyas! – el taxi se puso en marcha y él se subió en su coche. Me iba a seguir, gilipollas ¿no se daba cuenta que como lo viera un segundo más  lo mataría?

El taxi daba vueltas y vueltas, el pobre señor no me había preguntado ni la dirección y por una parte le convenía, así me cobraría más. Estábamos pasando por una calle que no tenía salida, eso era lo que quería, me giré para ver si venía detrás pero al parecer se había rendido y ya no estaba. Me bajé del taxi no sin antes pagarle.
-Quédese con el cambio. – Empecé a caminar por aquella calle y me senté en el rincón detrás de unos cubos de basura, olía fatal pero así nadie me vería por si querían pasarse conmigo o algo peor. Apoyé mi espalda en el muro que había y eché mi cabeza para atrás cerrando los ojos ¿Por qué estaba enfadado? En todo caso la que tendría que estar enfadada sería yo y no él. ¿La conocía de algo o se estaría disculpando por mi actitud? ¡Dios! Tenía la cabeza hecha un lío, ahora le necesitaba pero no estaba. ¿Por qué cuando iba con una idea de poder intentar algo serio con él pasaba esto? Las lágrimas no podían aguantar más y empezaron a salir. ¿Por qué estaba llorando? ¿De la rabia? ¿Eran celos? ¿Le quería?

-No entiendo que haces en esta calle tan siniestra y sola. Te puede pasar algo ¿eres consciente? – idiota, eso era lo que era. – Te estoy hablando Begoña.
-¿Qué quieres? – le dije lo más seca posible. Pasé mi mano por la cara limpiando mis lágrimas pero me volví hacer daño, sentía dolor y me lo estaba haciendo yo.

-¡¿Pero qué haces?! ¡¿Estás loca?! – vino corriendo hasta donde estaba y se sentó frente a mí, me sujetó las manos para que no me siguiera golpeando.
-¡Déjame! ¿Qué quieres? No entiendo que haces aquí ¿por qué no te largas por donde viniste y te quedas con la rubia esa?

-¿Pero qué estás diciendo, Bego? – suspiró cerrando los ojos a lo mejor para tranquilizarse.
-¡Lo que estas escuchando! – por fin le miré, en ese momento con desesperación sacó un pañuelo que llevaba en el bolsillo y me lo pasó por la cara, cerca de la mandíbula. Cuando lo hizo sentí mucho dolor, ardor. Una vez bajó el pañuelo  pude ver como este tenía sangre. ¿Otra vez?

-¿Por qué te haces daño? – Eso me preguntaba yo ¿Por qué siempre que pasaba algo malo la rabia me invadía y hacia que me lastimara? – Pasó con Harry y no quiero que pase conmigo. Yo te quiero cariño y no quiero que te lastimes por mi culpa ¿Qué te hice?
-Será mejor que me vaya. – me levanté y él también. – No me sigas.

-Si piensas que voy a dejar que te vayas así, estás muy equivocada. – suspiré con fuerza y paré en seco. – Sé que estas enfadada pero no dejas ni que me explique. – suspiró y le miré a los ojos. - Tuve un problema. Mi hermana está en el hospital y se me hizo tarde. – Vale,  ahora me sentía mal. Muy mal ¿Cómo era posible que yo estuviera pensando lo peor de él? Sin embargo, eso no justificaba porque defendía a la rubia esa.
-Yo lo siento… pero no es por eso que estoy así. Lo que me jodió es ver como ibas con ella y nada más verme me dices… es que aún las recuerdo. – imité su voz. - “¿Me puedes explicar porque has hecho eso?” ¡Y tenías un tono de enfadado, Andy! Nunca me habías hablado así.

-Lo siento. Puede que me haya pasado… - Lo hiciste. - Es una amiga, Bego. Fui un caballero y le pregunté qué había pasado pero solo recibí una cachetada de su parte.
-Es que no sabes cómo me trató. Sabes que soy impulsiva. Te juro que intenté ser amable pero era imposible. – me miró a los ojos y me abrazó.
-Vamos a mi casa, tenemos que hablar y curarte ese arañazo que te has hecho. - ¿Qué podía hacer? Pues empezar a caminar con él. Subimos a su coche y me cogió la mano, la otra la subió a mi mejilla y me acercó a él, rozó nuestros labios y me besó con ternura, no nos hizo falta un beso con lengua, este fue uno especial, uno con sentimiento. Se separó sonriendo. – Eres una tonta que lo sepas.


              (Narra ____)
-¿Le has avisado ya a Paula?  
-Sí, en realidad a Bego. – su mano izquierda dejó el volante y buscaba mi mano derecha, se la acerqué y entrelazó nuestros dedos. – Ella se lo dirá, supongo que mi hermana seguirá hablando con Liam. – Me miró de reojo y sonrió. - ¿Por qué sonríes tanto?

-Estoy contento. – me miró unos segundos y volvió la vista a la calle, estábamos prácticamente llegando a su casa. – Estas conmigo y eso me hace feliz. – Era un cursi total pero me gustaba, me demostraba que me quería. Aparcó delante de su casa y el mayordomo nos abrió la puerta. Pasó su mano por mi cintura y llegamos a la sala. – Te dejo con mi madre, voy a saludar a mi abuela que ha venido a vernos. – me dio un beso y desapareció subiendo las escaleras. Su madre no estaba en ninguno de los sofás, como llegara y no me viera con Ryan allí, me moriría de la vergüenza ¿Qué le diría? Antes no me había quedado a solas con ella. Se escucharon pasos y Hannah apareció con un libro en las manos. Nada más verme sonrió y vino hasta donde estaba para darme dos besos.
-Hola querida ¿Cómo estás? No sabía que ibas a venir a comer.

-Buenas tardes Hannah. No, no, no te preocupes, ya hemos comido. – se sentó y me indicó que me sentara a su lado. Estaba de los nervios ¿Qué le iba a decir? Lo primero que se me pasara por la cabeza. – Hemos venido a pasar la tarde juntos. – ella alzó una ceja, dios, no la podía liar más. – No me refería… bueno, hemos… pensamos pasar la tarde con vosotros. – intenté arreglarlo. Soltó una carcajada. La verdad no le veía la gracia. Menos mal que en ese momento Ryan bajaba con un brillo en los ojos.
-Buenas tardes, mamá. – la saludó dándole un beso en la frente. Yo también quería tener una familia como la de ellos, se querían mucho y él amaba a su madre. A continuación se sentó a mi lado pasando su mano por mi cintura. – La abuela esta radiante, no sabes lo que me alegro de que esté en casa.

-Estoy intentando convencerla para que se quede todo el mes pero no hay manera. Dice que no quiere ser una molestia.
-Ella no es una molestia mami. Intentaré convencerla, así vigilas si se toma las pastillas, no quiero que vuelva a recaer. - ¿a recaer? ¿Por qué?

-¿Está enferma? – pregunté. Él me sonrió y me dio un beso en la mejilla.
-Nada para preocuparse. – me contestó. – Pero me hace ilusión que mi abuela pase unos días con nosotros. – me apoyé en su pecho mientras él seguía hablando con su madre, cerré los ojos unos segundos y no sé en qué momento me quedé dormida porqué directamente dejé de pensar. Los volví abrir lentamente y me acariciaba el pelo, solo escuchaba los latidos de su corazón y su tranquilidad al respirar. Posó sus labios en mi cabeza y me dio un pequeño beso, subí la mirada separándome un poco. – ¿Te desperté? – negué sonriendo. – Te quedaste dormida.

-Lo siento.

-No seas tonta. – me besó para separarse después de unos segundos. – Me ha encantado que te durmieras en mi pecho. Si hubieras visto la cara de mi madre habrías muerto de la ternura.
-¿Ah sí? ¿Y eso?

-Ama que seas mi novia. Además aproveché para decirle que nos íbamos el Lunes a Wolverhampton.  – ¡Cierto! Se me había olvidado llamar a Maura.
-¿Te ha dejado? – como no fuera así me daba algo, quería ir con él.

-Tengo 18, cariño.
-Dentro de dos meses cumples 19, cariño. – dije imitando su voz.

-Te has acordado.
-Eres mi novio ¿Cómo no lo iba hacer? – se encogió de hombros. Cambié de tema. – ¿Te ha dejado o no? – asintió sonriendo, subí mis brazos a su cuello y lo besé, sus manos se posaron en mi cintura y me acercó a él. Seguí besándolo mientras saboreaba sus dulces labios perdiendo por completo la noción del tiempo, intentó separarse y le mordí el labio inferior, lo cual hizo que se vuelva acercar. Después de besarnos unos minutos más por fin dejé que se separara.

-Me vas a sacar sangre uno de estos días. – dijo levantándose y cogiendo mi mano para subir conmigo las escaleras, llegamos a su habitación. - ¿Me ayudas hacer la maleta? – Tardamos casi una hora en hacer la dichosa maleta, era como una mujer pero en hombre, le encantaba combinar lo que se ponía y no se decidía fácilmente por un conjunto u otro. Al final fui yo la que terminó haciéndosela mientras él se duchaba.

Salió con la mitad del cuerpo al descubierto con unas gotas de agua en él que lo hacía irresistible, era muy sexy. Le sonreí y besé su pecho mojado, lo abracé rodeándolo por completo haciendo que la toalla cayera al suelo, abrí los ojos sin que lo notara. Lo deseaba. Mucho. No podía negar lo que era evidente. La toalla ya estaba en el suelo, bastaba con mínimo de movimiento para que su increíble miembro se pusiera en funcionamiento. ¡Dios!  ¿Pero qué estas pensando ____? Su madre está en casa, prácticamente toda su familia. – Cielo. – dijo llamándome, dejé mis pensamientos aparcados y le miré. – Se me ha caído la toalla. – pero seguía sin querer separarme. - _____  ¿Me dejas que la coja?
-Ah, sí. – me separé y me di la vuelta, oí una risa por su parte. Me abrazó por la espalda y apoyó su cabeza en mi hombro derecho. – ¿Te la has puesto ya?

-Lo he pensado mejor y… creo que haremos otras cosas y para eso no necesito ropa.
-Ryan, no. Esta tu familia en casa, sería una falta de respeto.

-¿Qué más da que estén? – susurró metiendo sus manos por mi blusón subiéndolo para que estas acariciaran mi tripa.
-Sería una falta de respeto. – repetí.

-Pero cuando estamos en tu casa y está Paula, no dices nada. Eso también sería y es una falta de respeto.
-Pero mi hermana es joven, ya sabes… no le importa.

-¿Crees que mi madre es como las de la Edad Media? – solté una carcajada pero me callé en cuestión de segundos.
-No quería decir eso pero…

-La casa es enorme, no se darán cuenta de nada. – besaba mi cuello subiendo su lengua por él, me dio la vuelta y cerré los ojos. – Ábrelos. - negué con una sonrisa. – Por favor… - ¿Qué me había dado que cada vez que decía “por favor” caía rendida a sus pies? Hice lo que me pidió pero no miré otra cosa que no fuera su cara. – Bésame. – Me puse de puntillas y él se inclinó un poco para poder subir mis manos a su cuello y acercarme a su boca, nuestros labios se movían lentamente, con dulzura. Abrí la boca y su lengua recorrió la mía, analizando cada parte de esta, la ternura invadió por completo nuestro beso y apoyé mi frente en la suya, necesitaba respirar. Le miré a los ojos y me di cuenta de que Ryan era alguien importante en mi vida, le quería, me había enamorado, había conseguido que olvidara a Niall, ahora solo él existía para mí. Me había entregado a él y no me arrepentía, al contrario cada día estaba más segura de que nunca lo olvidaría y que probablemente, sería el amor de mi vida. - ¿Qué pasa?
-Pasa que te quiero, que cada día me tienes más loca de amor. Eso pasa. – me besó con pasión acercándome a la cama, nos dejamos caer en ella y sentí su peso y con este su erección. Bajó a mi cuello y volvió a subir a mi boca continuamente, me acariciaba la tripa haciendo que sintiera miles de sensaciones, cerré los ojos y acaricié su espalda. Pude sentir como se tensaba, lo estaba deseando tanto como yo. El blusón estorbaba mucho, hice que se sentara y me ayudó a quitarlo, ahora solo tenía que desaparecer el sujetador, para que mi parte de arriba quedara completamente desnuda. Me sonrió y empezó a dejar besos mojados en mi tripa subiendo hasta llegar a mi boca otra vez. Le besé con desesperación, estábamos agitados y entonces recordé que su madre podría subir. – Ryan…

-Calla y bésame…
-Tu madre… podría entrar. – me costaba hablar, pero él no me hizo caso y siguió besando mi cuello haciendo que me olvidara de todo. Si no se preocupaba, era por algo así que me dejé llevar y empecé a disfrutar de lo que me iba hacer. Cambié de posición y quedé encima de él, le miré a los ojos y sonreí. – Te quiero, Ryan, mucho.

-Yo también, amor. – dicho esto pasó a mi sujetador y cuando lo iba a desabrochar, golpearon la puerta, me sobresalté al igual que él. – ¡Un momento, por favor! – gritó para que le escucharan.
-Ryan te dije que esto pasaría. – dije bajándome y poniéndome el blusón mientras él se colocaba la toalla, arregle mi pelo antes de abriera. Me senté en la cama con él móvil en la mano e intenté disimular cuando la abrió.

-¿Qué pasa mami? – le dijo con dulzura.
-¡Por dios! Vístete hijo, tienes delante a tu novia y no es plan de que estés así.

-Mamá… es mi novia. Además acabo de salir de ducharme. – miré a Hannah disimuladamente y se reía por las respuestas de su hijo. Seguramente intuía que acababa de interrumpir un momento algo… caliente - ¿Qué querías?
-Saber si os quedareis a cenar. ¿_____? - me llamó. - ¿Te quedarás a cenar?

-Sí, se quedará. – respondió Ryan por mí. Ella me miró y le sonreí.
-Pues bajad que ya están por servir.

-Ahora mismo bajamos, Hannah. Gracias. – Asintió con una sonrisa y cerró la puerta tras ella. Me reí mientras caminaba donde estaba mi tonto novio, mira que se lo había dicho, el calentón, ya no me lo podría quitar. – Espero que me recompenses ¿eh? Ahora vístete y bajemos.
-Lo siento. – le di un corto beso y esperé a que se vistiera mientras se dedicaba hacer tonterías y muriera de la risa.


Chicaaaas!!! STORY OF MY LIFE!!! JHFKDINHNJ,BMGM ES P0ERFECTA PERFECTISIMA!!! MUERO! Y ENCIMA CON EL VIDEO DE MOVE MIS CHICAS... AY DIOS! MUERTE ASEGURADA.
Bueno os dejo otro capi :)

viernes, 4 de octubre de 2013

Capítulo 34.2


              (Narra ____)
Abrí con cuidado los ojos y me encontré a Ryan a mi lado, dormía plácidamente, con el pelo tapando su perfecta cara. Las noches con él eran únicas y nunca se me olvidarían, al fin y al cabo con él había perdido la virginidad, algo para mí muy importante. Me alegro de que haya sido con él, un buen chico que me amaba y yo también a él. Le di un pequeño beso en el pecho y acaricié su cara echando su pelo para atrás dejando ver su belleza. Se movió un poco y sonrió, era un perezoso no quería abrir los ojos. Me acerqué a sus labios y los besé, no me quedé mucho tiempo era solo un aviso de que estaba a su lado, de que me había despertado y ya podía abrir los ojos. Volví acariciar su pecho.

-Para… - dijo sonriendo. – Sí haces eso, no querré levantarme. – reí subiéndome encima. – Venga, cielo, no hagas esto. – cogí sus manos y las coloqué en mi cintura. - ¡Por dios! ¿Sigues desnuda? Ponte algo, amor.
-Abre los ojos, anda.

-Hablo en serio. No te gusta que te vea desnuda, vístete y cuando ya lo estés, los abro. - ¿Qué si era tonta? Sí, lo era. No me gustaba que me viera desnuda pero ya me daba igual. Ryan me demostraba cada día que no tenía que avergonzarme de mi cuerpo, me decía que era perfecta aunque yo dudaba eso.
-Me da igual. Soy perfecta para ti ¿no? Eres mi novio y no pasa nada porque me veas así después de cometer actos impuros. – soltó una carcajada y abrió los ojos poco a poco, encontrando nuestras miradas y después desviándola a mis pechos y empezando a bajar. - ¿Ves? No ha sido tan malo.

-Los actos impuros se acabaron hace ya un rato muy largo.
-5 horas para ser exactos. – volvió a soltar una carcajada y esta vez me hizo reír  a mí. Me bajé de encima y caminé hasta el baño, sentía como su mirada recorría mi cuerpo. - ¡Deja de mirarme! – grité antes de encerrarme en el baño a ducharme. No me di cuenta de que llevaba ya más de una hora cuando Ryan entró para él hacer lo mismo. Al final nos bañamos juntos.

-Toma. – dijo cogiendo ropa de mi armario. No tenía mal gusto para la moda. Un blusón que parecía más bien un vestido con rayas a distintos tonos azules y grises con unos shorts negros por debajo, que no se veían y para los pies me pasó unos botines negros bajos. - ¿Te gusta? – le miré confundida, me señaló la ropa para aclarar mi confusión, sonreí y lo besé. La toalla cayó al suelo dejándome otra vez como mi madre me había traído al mundo. La recogió y me envolvió nuevamente en ella. - ¿Te ayudo con el pelo?
-Cariño… puedo sola. Vístete tú.

-Es que no tengo más ropa. – dijo abrazándome, me dio un beso en la mejilla.
-Mentiroso. – lo acusé mientras caminaba al baño. Tenía cinco o seis pantalones, camisetas y zapatos desde hacía más de medio año. Cogí un pantalón negro ajustado, una camiseta negra con un  dibujo en ella y unas converse negras. Salí con la ropa a la habitación y se la di. - ¿Te ayudo a vestirte también? – pregunté divertida. Asintió y lo ayudé a vestirse, batallamos para ponerle la ropa, entre los besos, las risas  y las pequeñas caricias que nos hacíamos. Con todo ese tiempo perdido ya hasta se me había secado el pelo. – Me voy a vestir.


-Estas preciosa. – dijo cuando me vio salir. – Me encanta que no te maquilles mucho. Así te puedo besar y  presumir de la perfección de novia que tengo. – reí mientras me sentaba a su lado en la cama. - ¿Me vas a decir porque desapareciste ayer?
-¡Oh sí! Se me olvidaba. – dije sobresaltándolo. - Me entretuve en el backstage con Robbie, amor. ¿Tú sabes lo que él significa para mí? Es mi ídolo y lo admiro no podía dejar pasar esa oportunidad de hablarle y hacerme fotos. – rió acercándome más a él hasta casi sentir nuestras respiraciones. – Estuviste perfecto, ahora tendrás admiradoras por todas partes. – negó con una sonrisa en la cara. – Espero que no me dejes por una super modelo o algo por el estilo.

-Eso no pasara tonta. Yo solo tengo ojos para ti. – me dio un pequeño beso. – Solo para mi pequeña rubia con cuerpo de mujer.
-Mas te vale porque si no serás comida para los tiburones. – abrió los ojos más de lo normal. – Es bromita, idiota. – Entrelacé nuestros dedos y lo besé. Los besos que él me daba no tenían comparación, eran dulces. Lentos. No cambiaba su manera de demostrarme todo lo que me quería. Abrí mi boca y pasó su lengua a la mía, subí mi mano lentamente por su espalda mientras él me acercaba más y así profundizaba el beso.

-¿Me llevaras contigo a Wolverhampton? – dijo separándose de pronto.
-Claro que sí.

-Tengo que avisar  a mis padres. Me tengo que ir, corazón.
-Pero que cursi eres. – dije levantándome y saliendo de la habitación.

-Sé que te encanta. – me abrazó y volvió a besarme. – Me tengo que ir. – No quería que se fuera. Lo quería solo para mí. Empezó a bajar por las escaleras y me subí encima. – Para ____, no seas infantil, nos vamos a caer. – estaba riéndose intentando quitarme de encima pero me había subido como un mono y no me bajaría fácilmente,  le mordí la oreja con delicadeza, eso podía valer para que se quedara un rato más. – ¡Dios, contigo no se puede! – nos reímos llegando al primer piso donde me bajé y él comenzó a caminar hasta la puerta conmigo en su pierna.
-¡Quédate conmigo, por favor! – grité exagerando, que dramática era cuando quería. Me puse a su altura riendo un poco. - ¡Solo un rato más, amorcito!

-Luego el cursi soy yo. – me reí, entrelazando nuestras manos y me puse de puntillas para que me diera un beso, amaba conseguir lo que quería. – Solo unas horas más ¿eh? – asentí mientras rodeaba su cuello con mis brazos y lo acercaba a mí para besarlo y recompensar que se quedaría.
-¡Rubia! – oí gritar a Liam, me giré sobresaltada para ver de dónde venía su voz. Entonces los vi, estaban hablando por Skype, habían conectado el portátil al enorme televisor que teníamos en la sala y por lo que se veía, los chicos, incluido mi ex novio habían divisado mi cursilería con mi novio. Me sentí mal pero Ryan era mi presente.

-Saluda, ____. – me dijo Perrie con una sonrisa.
-¡Liam! – intenté sonar lo más natural posible. Me acerqué a la pantalla y puse mis labios en ella.

-¡Fox! ¡No hagas eso! – gritó Styles. Solté una carcajada, mi hermana y Perrie me siguieron y Ryan se había quedado mirando a la nada. – Ven, cariño. – hice que se sentara y yo me senté encima. - ¿Cómo estas rubia?
-Muy bien, Styles ¿y tú?

-No me puedo quejar. – reí. – Ryan, hola.
-Me alegro de verte Hazza. – Se sonrieron. La verdad es que me encantaba que se llevaran tan bien. Harry y yo nos habíamos hecho muy buenos amigos y solía llamarme todos los días para contarme lo que le pasaba, en una de esas llamadas, decidí contarle de Ryan y después de aquel día, ellos solían hablar por WhatsApp o vía Skype estando o no  yo presente. - ¿Sabes? Ayer presenté con Paula una gala y fue alucinante. – peiné un poco su cabello hacía la izquierda.

-Sí, me lo contó. – intervino esta vez Liam. – No fue para tanto ¿no? – negó sonriendo.
-¿Me echas de menos, rubia?

-La que te echa de menos aquí es Pezza. – contesté a Zayn mientras la miraba.
-No hagas eso que me voy a poner roja. – me dio un pequeño golpe.

-De eso se trata. – dijo Niall. Después de no sé cuánto tiempo le volvía a ver y a escuchar su voz. No voy a mentir diciendo que no sentí nada pero no fue un sentimiento de amor, era algo raro, decepción tal vez. - ¿Cómo estás?
-Bien. – contesté sin darle importancia. Miré a Ryan que se había tensado. – No tengas miedo, solo te quiero a ti. – susurré en su oído y le di un beso en el cuello intentando simular que no había sido allí. Aunque claramente el siguiente comentario de Louis, me había confirmado lo contrario.

-En público no… - dejó caer, sentándose encima de Harry.
-Tu culo es más grande que el mío, déjame sentarme a mí encima. – protestó este.

-¡Calla Harold! Tendría que odiarte porque me quitaste a mi niña. - ¿lo decía por mi? ¿En serio íbamos a volver a tener esas peleas? Solté una carcajada contagiando a los demás. – No te rías ¿Cómo me cambiaste por él? Ya te había comprado hasta un anillo.
-Oh, Tommo. – lo miré con tristeza. - Siento decirte que… con quien me caso ahora es con mi Ryan.

-Me duele que me rechaces por ese niño fresa. - ¿niño fresa? Mire a Ryan y estaba riéndose como nunca. Me encantó verle así de feliz a pesar de la incómoda situación.
-No me metáis, Stylinson, no es mi culpa que me prefiera a mí.

-¿Queréis callaros? Quiero hablar con mi novio y Perrie también. – dijo mi hermana.
-No sois una familia normal. – dijo ella señalándonos a los cuatro.

-¡Te amo, Perrie!
-¡Pero qué cursi eres Malik! – me levanté del sofá e hice que Ryan se levantara conmigo. – Nos vamos, comeremos fuera Paula. - Mi novio no entendía nada. Le había hecho un drama para que se quedara y ahora nos íbamos. Me acerqué para ver si estaba de acuerdo - ¿Te parece bien, amor? – susurré.

-Perfecto. – dijo acariciando mi cara.
-¿No te despides? – dijo Liam con tristeza.

-¡Es que no me dejas! – dije riéndome. – Bueno… ya hablaremos ¿vale? – empecé a caminar. Abrí la puerta para salir pero se lo tenía que decir, a todos. Volví corriendo. – Que os quiero y espero que volváis prontito ¿eh? Cuidaros. – lancé un beso volado y salí con Ryan.
              (Narra Bego)
-¿Pero qué gritos son esos? – dije bajando las escaleras mientras apartaba mi pelo de la cara. - ¡____ se te escucha hasta mi habitación! – solo vi como cerraba la puerta de casa. ¿Esta niña no iba a cambiar? Caminé al salón y vi a Paula y Perrie sentadas, me tiré encima de mi hermana haciéndola caer encima de Perrie y así llevándome el regaño de una voz saliente de la televisión. No me atreví a levantar la cabeza y esperé a que alguna de las dos me dijera algo.
-Es Liam que te está mirando. – susurró Paula en mi oído, me senté correctamente y las otras me imitaron riéndose. Levanté la vista y no solo estaba él sino que también los demás.
-¿Hola? – fue lo único que me salió.
-No dejas lo dormilona ¿eh? Tengo que llegar cuanto antes. – dijo Payne mirándome. Fue entonces cuando me di cuenta de mis pintas. El mini short tirando a braga y una camiseta muy pequeña que solo cubría mis pechos. ¡Que vergüenza por dios!

-Estas muy sexy así. – dijo Nialler mirando mi cara. Soltó una carcajada y los demás también.
-Me acaban de despertar ¿vale? – “obviad mis pintas tan… anormales” pensé.

-A mí me gustan. - ¿en serio era él? ¿Cómo me decía eso?
-¡Cállate Harry! – me reí aunque en realidad no lo quería hacer, estaba muriéndome de la vergüenza. Pero pensándolo bien tampoco tendría porque, era como si estuviera con el bikini solo que en mi casa. - ¿Cómo estáis por los Estados unidos? ¿Nos echáis de menos?

-Mucho. – interrumpió Zayn. - Estamos agotados, necesitamos volver cuanto antes.
-Solo os quedan dos meses, amor, se pasaran rápido, ya lo veras. – pero que románticos eran Perrie y Zayn.

-Veo que a pesar de todo estáis bien. Os dejo que voy a salir.
-¿Otra más? – dijo Liam. – No dejes a mi novia sola, no quiero que este triste.

-Estoy yo con ella, Liam. – contestó Perrie algo ofendida. – Aunque no lo creas, somos muy buenas amigas ¿a que sí?
-Más que eso, prácticamente hermanas. – Paula sonreía.

-Pues eso. Ya hablaremos. Besos para los cinco. – dejé a las dos hablando con los chicos y subí a arreglarme.
¿Qué había sido eso? ¿En serio había hablado con Harry así de normal? Esto era raro, muy raro. Aunque no podía negar que estaba guapísimo con esa sonrisa tan perfecta y tan… - ¿Pero qué estás diciendo Bego? Deja de pensar esas tonterías. – me miré al espejo y me metí en la ducha, era la única forma de relajarme sin pensar en nada. Dejé que el agua cayera por mi pelo empapándolo por completo para después deslizarse por mi cuerpo, algo que no explicabas como podía relajarte pero era así. No tardé mucho, en menos de media hora ya había salido, era tarde aunque Andy aún no me había llamado. Me envolví en una toalla y comencé a secarme el pelo, dejé un poco de volumen en él, las puntas con pequeñas ondulaciones. Pasé a mi cara, un poco de base, brillo iluminador, colorete no muy fuerte, pestañas extra largas y un pintalabios rosa pastel mezclado con brillo, perfecta según yo. Caminé hasta mi armario y estuve unos minutos decidiéndome o por un vestido con estampado de flores ó por unos vaqueros oscuros con una blusa de tirantes y encima una camisa de cuadros rojos y negros que cerraría completamente. No sabía por cual decidirme ¿Por qué tenía que ser tan complicada? Por dios, Begoña es solo salir a pasear con Andy, no te vas a casar con él. Finalmente me decidí por la camisa y los vaqueros. Ahora volvía el dilema pero con los zapatos, suspiré y cogí unas botas grises que combinaría con un gorro de lana. Me miré en el espejo y estaba bastante mona, había elegido bien. Bajé a por mí móvil que me lo había dejado en el sofá.
-¿Pero todavía seguís hablando?
-¡Wooh! pero que guapa. – escuché decir a Louis, busqué mi móvil pero no estaba. Miré en el sofá donde me había tirado en un principio pero no lo veía ¿Dónde estaría? - ¡Eh! ¡Te hablo a ti!

-Lo siento, ¿Qué decías?
-Que estas muy guapa.
-Oh, muchas gracias Boo bear. ¡Tú sí que lo estas!
-¡Pero ni siquiera me has visto! – gritó riendo. Era verdad, levanté la vista y seguían todos, solo que estaban distraídos con diferentes cosas. Zayn, Liam y Louis estaban hablando con mi hermana y Perrie mientras que Harry y Niall se decían cosas entre ellos mirando sus teléfonos.
-Estas muy guapo, ya te lo había dicho. – miré a las chicas. - ¿Habéis visto mi móvil?
-¿Es un Samsung? – asentí. – Lo he dejado en la cocina. – Perrie se levantó y después me lo trajo.
-Gracias, no sabes el favor que me acabas de hacer. – le di un abrazo, me senté en uno de los sofás individuales y dejé que siguieran con su charla. Tenía varios WhatsApp. Uno de Andy, otro de Emma y de mi rubia favorita. Abrí el de Emma, quería saber que tal estaban por Madrid.

“*¿Nos has olvidado? Que mala persona eres ya ni me hablas.

Ok, creo que no estás. Mamá te echa de menos, papá y yo también. Volveré a Londres en verano con mamá, ya sabes empieza la Fashion Week otra vez. Cuando lo veas háblame.

Pobre, que mal me sentía, no me había acordado para nada de llamar a mi madre, estaría preocupada.

*Lo siento!!! Ayer llegué tarde y me he levantado hace nada.

¿En serio? Pues me vas diciendo y así voy a verte al aeropuerto.

:’’) Diles que yo también los echo de menos y a ti también por supuesto, no te he olvidado tonta, eres mi hermana ¿Cómo me iba a  olvidar de ti? Te quiero <3”

No estaba en línea así que estaría ocupada. A continuación leí el de la rubia que lo había escrito hacía unos minutos y estaba en línea.

“*Bego, seguramente Paula estará hablando con Liam porque no me contesta como de costumbre, dile por fis que no llegaré hasta por la noche. Estoy llegando a casa de Ryan y voy a quedarme un rato con su familia, ya sabes, algo “familiar”

*¿Esto va en serio?pregunté. - ¿Ya conoces a su familia? ¿Qué pasó con Niall?tardó unos minutos en responder pero lo hizo.

*Sí, le quiero y ya hace tiempo que les conocí.

*¿Y Nialler?

*No sé. Él me dejó y es pasado en mi vida y no trates de confundirme. Si me equivoco quiero darme cuenta yo. – Bueno… muy niña no era, estaba empezando a madurar.

*Vale, si es tu decisión la respeto. Yo se lo digo no te preocupes.

*Gracias hermanita J ¡Luego te veo! ¡Te quiero!"

-¡Vosotras! – dije levantando la voz para llamar su atención. - Dice ____ que no vendrá hasta la noche que se ha quedado en casa de Ryan con su familia.
-Que manía tiene de decirme las cosas a medias.
-Te ha escrito un WhatsApp pero estás ocupada. – dije señalando la pantalla, se sonrojo y me reí. – Pues ya lo sabes. – Volví a ver mi móvil y fui a por el de Andy.

“*¿Quieres que te pase a recoger?lo había escrito hacía una hora. Se habría enfadado, de verdad... yo y mi cabeza.
¿Te has arrepentido? Si es así solo dímelo, no pasará nada. Seguiremos siendo amigos. - ¿Qué decía? Le contesté nada más terminarlo de leer.

*¡Perdóname por favor! Acabo de verlo, se me había quedado en la cocina y me estaba duchando.

Claro que no, ¿Dónde nos vemos?

Me contestó y sonreí, quería verle y no me arrepentiría de lo que podía suceder, ya me había hecho a la idea de quedar con él.

*No pasa nada, cielo ¿quieres que te recoja?

*No, no, dime lugar y hora.

*En el restaurante que está cerca del centro comercial, sube al piso 20. He reservado una mesa a mi nombre.

*ok. – sonreí, en serio que me hacía mucha ilusión. - ¿la hora?

*Sí, dentro de media hora ¿te parece bien?

*Sí, sí, ¡que me muero de hambre! Nos vemos allí. J

Y así acabamos nuestra pequeña conversación. Cogí mi bolso, mis gafas de sol y miré por la ventana, hacía sol. No me puse el abrigo.
-Me voy. – le di dos besos a cada una y miré la pantalla. – Ya va siendo hora de que os vayáis a cantar ¿eh? Lleváis muchas horas hablando. – me reí para salir por la puerta. En veinte minutos llegué al enorme edificio y subí, nada más entrar me encontré con una chica y en sus manos un listado.
-Tengo una reserva.
-¿Nombre? – dijo ella mirándome de arriba abajo. ¿Es que no pueden disimular un poco?
-Andy Smith. – miró la lista mientras movía un bolígrafo, dio la vuelta a la hoja e hizo lo mismo de antes hasta que volvió a la primera hoja. - ¿Pasa algo?
-Tenemos dos reservas con ese nombre. - ¿Qué hacía yo ahora? – ¿Sabes si vino o la pidió por teléfono?
-No lo sé.
-¿Años? – ¿Para qué quería saber sus años? La miré y ella estaba distraída, más bien, fastidiada con mi presencia pero la pregunta era ¿por qué? ¿A caso iba mal vestida para un lugar así? Tampoco es que fuera muy elegante el sitio, yo me veía que iba acorde con el lugar. – ¿Tampoco sabes si es joven o viejo? - ¿Qué le pasaba a esta mujer? Me empezaba a cabrear su actitud.
-Es joven. – respondí seca. Empezó a caminar y la seguí. Movía las caderas con exageración, llevaba una falda recta negra bastante corta con una camisa blanca metida por dentro y un pañuelo en el cuello atado en forma de lazo. El pelo suelo con algunos rizos hechos con la plancha. Alta, rubia, muy delgada pero con unas curvas bastante exageradas, artificiales por lo que veía, estaba operada. Se giró y me señaló la mesa. Tenía unos ojos verdes color esmeralda al igual que los de Harry y algunas pecas, era bastante guapa, no lo iba a negar. – Cuando llegue le digo que lo esperas. ¿Tu nombre?
-Begoña Fox. – “Encima de familia famosa” susurró, hice como que no la escuché. - ¿Has dicho algo? – estaba enfadada y mi tono me delataba.
-No. Nada. – vi como se alejaba y me senté a esperar a Andy.


Bueno os dejo otro capi :) Ya sabeis, comentadme por donde os resulte mas fácil hacerlo. Espero que os guste! :)