martes, 23 de julio de 2013

Capítulo 94


              (Narra Louis)
-¿Qué Michelle y Nerea qué? – decía mi novia con el teléfono en la mano. – Pero... ¿ellas? No puedo creerlo – escuchaba lo que le decían. - ¿Y donde están ahora? – me desesperaba no escuchar lo que le decían. – Joder… esto es increíble. – La miré intentando que me dijera algo pero no podía. – Vale. Sí, hoy me dan el alta, en cuanto me traigan a Jack de hacerle unas pruebas vamos para casa…. Hasta ahora.

-Michelle y Liam han desaparecido. – abrí mis ojos. – Nerea y ella tuvieron una pelea el viernes y después de eso ellos dos desaparecieron.
-Pero… ¿Los chicos no los han llamado? – pregunté empezando a preocuparme.

-Liam tiene el teléfono apagado y Michelle no se lo llevó.
-¿Y la madre de Michelle? – insistí.

-No lo sé, Louis. Esto no me gusta. – dijo caminando hasta donde estaba yo. Subió sus brazos hasta mi cuello. – Algo muy gordo tuvo que ser para que haya pasado esto. – la abracé por la cintura.
-¿Crees que sea tan malo? – dije acercándome a sus labios.

-Malo es poco. Niall sonaba preocupado, incluso Harry. – finalmente posó sus labios sobre los míos y pude saborear su deliciosa boca, un beso lento, con amor, alegría y con algo de preocupación por lo que no habíamos acabado de enterar. – Tienes que hablar con ellos. – asentí sonriendo mientras le comía la boca.  
-Y Nosotros también contigo.

-¿De qué?
-Ya lo sabrás y las chicas también. – claro estaba que Nere y More no porque se trataba sobre el noviazgo en secreto de Nerry. Me dio un pequeño beso mientras terminaba de preparar las cosas de Jack y los regalos que habían recibido por el nacimiento de mi pequeño. Estaba preciosa, la maternidad le había sentado muy bien. Tenía un brillo especial en los ojos y su cuerpo había cambiado. Sus pechos ahora estaban más redondos y por lo tanto más grandes, una pequeña cintura, unas caderas de infarto y un bonito culo que… ¡Dios! ¡Tomlinson! Deja de pensar esas cosas, ella aún no pude hacer nada. La miraba sin disimular si quiera, subí mi mirada a su cara y me encontré con una sonrisa y una mirada… ¡madre mía! Tenía que dejar de pensar en estas cosas. Le sonreí y se acercó. Sin esperármelo la tenía besándome mientras me tocaba con desesperación.

-¿Has terminado de desnudarme con la mirada? – besaba mi cuello y volvía a mis labios.

-Yo no estaba haciendo eso. - soltó una carcajada.

-Así que no me desnudabas… - bajó su mano hasta llegar a mi debilidad, suspiré intentando controlarme. – Si no lo hacías… - lo apretó con fuerza. – no entiendo porque “Tommo” está tan contento.
-Él... él siempre es feliz cuando te mira y cuando piensa en ti.

-Ya… lo que tú digas. – me besó mordiendo mi labio inferior mientras masajeaba a “Tommo”.

-Para de hacer eso... por dios. – tenía que parar porque no aguantaría mucho más y me la llevaría al baño y le haría el amor.
-¿Y si no quiero? – suspiré con fuerza y empecé a besarla, caminamos como pudimos hacía el baño y cuando estaba por meterla conmigo, la puerta de la habitación se abrió. Me metí en el baño dejándola a ella fuera. Bajé la mirada a mi pantalón y me desconcerté por completo, no la había tenido así en varios meses y el deseo de volver a poseer a Andrea me podía. Estaba enorme. Necesitaba pensar en frío antes de hacer cualquier tontería. Me quedé unos minutos en el baño pensando en cosas desagradables antes de salir. Bajé otra vez la mirada y ya se podía disimular un poco, así que decidí salir. Abrí la puerta y allí estaba mi novia con mi hijo en brazos y detrás de ella Harry con Zac. En la cama había una silla para el coche y Andrea lo primero que hizo al verme fue reírse y mirar si “Tommo” ya estaba normal, sonreí al verla y me acerqué donde estaban.

-Tío, has tardado un siglo. – me dijo Harry dándome un abrazo. - ¿Qué hacías?
-Nada, no me encuentro bien del estomago. – Andrea soltó una carcajada.

-Sí… será eso. – susurró mientras colocaba a Jack en la silla.
-¿Pero estas bien?

-¿Quieres que pasemos por una farmacia y compramos algo?
-Gracias Zac, pero en serio estoy bien. Harry no te preocupes. 

Esperamos unos minutos más y fuimos a casa. Harry nos contó lo que había pasado con Nerea y Michelle con detalles. No podía creerme que se pegaran. Además es que recordaba perfectamente que cuando los dejé antes de irme al hospital, todos estaban felices y en unas horas esa felicidad se había transformado en disgusto y tristeza.
-Ya estamos aquí. – dijo Andrea con alegría. Harry llevaba a mi hijo y detrás iba yo con las maletas. Nadie contestó. Iba a subir con las maletas cuando vi a una manada de locas bajar por las escaleras, me aparté como pude antes de que me aplastaran.

-¡Tened cuidado joder! – dije enfadado aunque en el fondo me hacía gracia. Subí las pequeñas maletas a la habitación y volví a bajar. – ¿Ya os habéis tranquilizado fieras?

-Lo sentimos Tommo. – me dijo Jessy. Me reí lo más fuerte que pude. ¿En serio hoy precisamente tenía que llamarme “Tommo”? Lo que me faltaba… -¿Qué pasa?
-Nada. – contesté aun riendo.

-No. Ahora lo dices Louis. Que nosotras también nos queremos reír.
-No pasa nada, Nere. No te preocupes. – me miró dubitativa. – Me he acordado de un chiste, ya está. Es eso.

-Pues cuéntalo que yo también me quiero reír. – Andrea fue la que soltó una carcajada esta vez.
-Venga cuéntaselo. Es muy gracioso, se van a reír mucho.

-Así no me ayudas, Andrea. - Dije serio ¿Ahora que me inventaba? Entonces recordé que More me había contado uno justo el día anterior por teléfono. Era malísimo pero serviría.
-¿Cómo pasa superman entre la multitud? – me miraron sin saber que contestar. – Con su permiso. – Harry se rió haciendo que lo miráramos.

-Es buenísimo, tío.
-Yo no lo pillo.

-Joder, Jessy… - le contestó Harry. – Con – super – miso.
-Es malísimo Styles. – dijo su novia sonriendo.

-¡Eh! Que el chiste es de él. – me señaló.
-Me lo contó More. No me culpéis a mí.

-Bueno ¿qué tal está este el pequeño Jack? – Nerea se acercó a Harry para cogerlo ella. Estuvimos horas y horas hablando y riendo con Jack que lo único que hacía era comer, dormir y hacer sus necesidades. La puerta sonó sobre la hora de la cena. Allí estaban Zayn con More y detrás de ella apreció Pamela.
-Tenemos noticias de Mitchie. – dijo Pame sentándose.

-Está en Acapulco. – continuó Zayn.
-Con Liam y Bryan.

-¿Con Bryan? – preguntó Nerea. Harry me miró con enfado. Sabía que no le gustaba el tal Bryan.
-¿Quién es? – mi novia me había quitado las palabras de la boca.

-Eso ahora no importa. – dijo More.- Lo importante es que ella no está bien.
-¿Y crees que yo sí?

-No estoy diciendo eso Nerea. No te tomes todo a la defensiva. – ella suspiró enfadada. – Solo quiero que arregléis esto.
-Claro... porque no quieres elegir estar de parte de nadie ¿no?

-No es eso. ¡Dios! ¿Por qué tienes que buscar todo lo malo? Yo no te he hecho nada.
-¡Estas de su parte More! – ¿estaban discutiendo? ¿Qué estaba pasando? De un momento a otro todo cambiaba. – Siempre la vas a preferir a ella.

-No. No digas eso. Sabes que no es así. Os quiero a las dos. Lo que pasa es que…
-Sí, que quieres que hablemos. – ella asintió. – Pero es que yo no quiero hablar con ella. Le pedí perdón cuando me di cuenta de que me había equivocado ¿y qué hace ella? – esperaba una contestación de More pero ella se quedó callada. - ¿Ves? Estas de su parte aunque trates de negarlo.

-¡No niego nada, Nerea! – se puso de pie porque Nere ya lo había hecho. – No quiero discutir contigo pero… - alarma. Todo reaccionamos levantándonos de los sofás. Zayn cogió de la cintura a su novia y Harry hizo lo mismo con la suya. Y yo, pues yo en medio. Era el mayor y no iba a permitir peleas entre nosotros. – No le voy a pegar, si es lo que pensáis. – nos miró a todos. - No voy a caer en tus impulsos. Estas buscando discutir y pegar a alguien porque te sientes una mierda. Tu maldito orgullo no te deja ver que te estás equivocando y cuando te quieras dar cuenta ya será demasiado tarde.
-No digas tonterías, anda.

-Mucha tontería pero sabes que tengo razón. – Nerea se acercó a More quedando a centímetros de ella apartándome del medio. – No me intimidas si es lo que tratas de hacer. Cuando se te pase el odio que estás sintiendo ahora mismo por intentar abrirte los ojos, me vas a buscar.
-No lo haré.

-Tú te lo pierdes. – dijo caminando a la salida. – Caroline ha conseguido lo que quería… y has caído a la primera. Te estás alejando de nosotras.
-Eso no lo ha hecho ella sino vosotras dos con vuestra tonta actitud.

-Di lo que quieras. Te estaré esperando para que hables conmigo.
-No lo haré.

-Vale. Pero recuerda que no te esperaré toda la vida. – y esta vez se fue dando un portazo. Joder, me sentía fatal por lo que estaba pasando.
-Me voy a ver si está bien. – dijo Zayn caminando a la salida.

-Es mayorcita, puede estar sola, Zayn. – Otra pelea no por favor. Este con pasos largos había quedado en frente de Nerea.
-Prometí a su madre cuidarla, no dejarla sola mientras ella me lo permitiera. La amo y no pienso permitir que tu absurda actitud acabe con toda esta hermosa familia que habíamos construido. – sonaba tranquilo.

-No le hables así. Recuerda que es mi novia.
-Sí, es tu novia Hazza pero está perdida entre toda esa mierda de odio y rencor que ha guardado en apenas tres días. – miró a Nerea. – Tú no eres así. Recapacita, Nere. – le dio un abrazo y salió de casa.

-No me estoy creyendo nada de lo que acaba de pasar. ¿Qué está pasando? ¿Qué te está pasando Nerea? – me miró empezando a llorar.
-No lo sé. – dijo sentándose en el sofá apoyando su cabeza en sus manos. – No sé qué le pasa a la Nerea de siempre. No… - la miré y me senté a su lado, se estaba agitando.

-¿Estás bien?
-No puedo… respirar. – abrí los ojos cuando cayó en mis brazos. Harry se puso a nuestro lado mientras le tomaba el pulso.

-Se ha desmayado. – dijo asustado.
-Chicos. Tiene sangre.

-¿Qué dices Jessy? – Andrea estaba desconcertada con todo esto. Bajé mi mirada donde la tenía puesta ella. El pantalón estaba lleno de sangre.
-Tenemos que llevarla a un hospital. – dijo esta vez Harry llorando.


              (Narra More)
-¿Qué tal estas? – Zayn entraba en nuestra habitación con una taza en las manos. Se sentó a mi lado y me abrazó. – Sé que estás mal por lo que acaba de pasar. Desahógate, amor. - Lo miré con ternura y lo besé. ¿Cómo no la iba a querer? Él siempre ha estado cuando lo he necesitado y está, no es la excepción. Subí mi mano a su cara y lo acaricié. Sus labios se movían con suavidad sobre los míos, lo acerqué más profundizando nuestro beso, introduje mi lengua en su boca, recorriendo cada parte de la suya. Se rió acabando con él. – No podía respirar.

-Zayn… arruinaste nuestro momento.
-Lo siento. – seguía riéndose. – No esperaba esa reacción por tu parte, cariño.

-¿Reacción? – le miré extrañada mientras bebía la manzanilla que me acababa de subir. – Te refieres a… - asintió sonriendo. – ¿El beso?
-Sí, no sé. Nunca eres tú la que… ya sabes… eso.

-¿La que mete la lengua? – sonrió mostrando sus perfectos dientes. Que mono era. Me reí acompañándolo. – No es raro. Lo que pasa es que me apetecía. Eres mi novio y puedo hacerlo ¿no?
-Me encanta que lo hagas pero no me lo esperaba. – le di un pequeño beso. - ¿Estás bien?

-Gracias... – me besó el hombro y acarició mi cara. – Gracias por todo de verdad.
-No es nada, preciosa. Siempre estaré para ti. Sé que nos costó mucho estar juntos pero ahora que lo estamos no pienso dejarte escapar. – bebí una última vez la manzanilla antes de dejar la taza en la mesita de noche. - ¿Quieres contarme como te sientes? – negué besándolo. Tardó unos segundos en responderme porque no se esperaba mi beso justamente en ese momento. Lo acosté en la cama subiéndome encima, separándome ligeramente de su boca para acercarme a su oído.

-Quiero que me hagas el amor.
-¿Qué dices, cariño?

-Quiero que me hagas el amor. – repetí. – Ahora.
-Pero… tú…

-Ahora, Zayn. Es lo único que necesito.
-¿Estás segura?

-Nunca he estado más segura en mi vida. Te necesito. – cual fiera necesitara su presa devoró mi boca con desesperación. Bajé a su cuello mordiéndolo con fuerza.
-¡Amor! – suspiró con fuerza. – Me vas a hacer sangre.

-Lo siento… – susurré mientras besaba cada parte de su cuerpo de momento con ropa hasta llegar al borde de su camiseta.   
-Me encantas. – dijo sentándose como pudo para ayudarme con su camiseta. Ahora sí que podía sentir su cuerpo con el mío. Me besó acariciando lentamente mi culo. – Estamos en desigualdad de condiciones. – Comenzó a meter sus dedos debajo de mi camiseta acariciando la parte baja de mi espalda volviendo a mi culo pero esta vez encima de mis bragas. Su lengua recorría mi boca como si nunca lo hubiera hecho. Subí lentamente mi camiseta para deshacerme de esta también. Él me ayudó lanzándola por la habitación. – He esperado tanto este momento… - me abrazó con fuerza la cintura ahora desnuda.

-Siento haberte hecho esperar, pero no hemos podido encontrar el momento más adecuado para esto. – le besé unos segundos para después apretar su cuello mientras me daba pequeños mordiscos cerca de los pechos haciéndome estremecer. En un rápido movimiento me dejó en la parte baja sintiendo su erección cuando se colocaba entre mis piernas aún con ropa los dos. Me besó con ternura, con amor, delicadeza. Sus manos recorrían mi cuerpo explorándolo, su mano llegó a mi tripa y solo bastó un mínimo movimiento para que mis pantalones empezaran a bajar con lentitud volviéndome loca, sentía su respiración cerca de mi feminidad dejando besos por mis piernas a la vez que terminaba de sacarme por completo el pantalón. Tocó el borde de mi ropa interior, gemí con solo sentir sus dedos cerca acariciando mi parte sensible. Sin esperármelo me vi solo en sujetador. Le sonreí mientras lo atraía para besarlo. – No sé como aguanté tanto sin poder tocar tu piel. – le dije quedando otra vez encima de él. Me moví en círculos encima de su erección, que aún con pantalones la sentía, no quería ni imaginarme cuando desapareciera la tela y quedara libre a mi vista. – Te amo, Zayn. – besé su pecho, rozando mi sujetador en él.
-Esto ya no hace falta. – dijo desabrochando mi sujetador. - ¡Dios! Rózame otra vez. – me reí, le besé el pecho, pegando mis pechos a su cuerpo haciendo que gimiera y su piel se erizara. – Aún no lo hemos hecho y siento que me voy a correr.

-¡Zayn! – dije riendo. Me daba vergüenza que dijera eso pero me excitaba escucharlo. Seguí bajando besando esa ligera línea de bellos en su abdomen, me ponía tanto… Una de mis manos desabrocho sus pantalones y los bajó con su ayuda. – Sube un poco para poder… - me callé cuando sus manos se lo bajaron junto con el bóxer, liberando su gran erección. - ¡Madre mía! – fue lo único que logré decir. – Es tan… tan…
-Es toda tuya. – dijo acercándola a mi boca. Tenía que disfrutar de tal monumento. – Pruébame… - gimió en una súplica. No esperé ni un segundo más y pasé mi lengua por ella. Sabía tan bien. Mordí la punta y sentí como sus músculos se contrajeron soltando un gran gemido. – Me voy a correr y no te he tocado aún.

-Pues tócame… - besé su pelvis para introducir por completo su gran erección en mi boca. Él se quedó sin respiración por unos segundos y se levantó con rapidez dejándome desconcertada.
-No puedo más… Déjame penetrarte ya… - me miró pero no logré descifrar lo que me querían decir sus ojos. En ellos solo había deseo mezclado con amor, ternura y más deseo.

-Lo estoy deseando. – me acerqué a su boca para besarlo. Su mano toco mi clítoris acostándome en la cama. Gemí sobre sus labios.
-Yo más que tú. – asentí perdida en el deseo que recorría mi cuerpo. Sus dedos se movían en círculos dentro de mí, llegando a mi punto débil. – Este es el momento… estás mojada y así no te dolerá… - susurró sacando los dedos llevándoselos a la boca. Me abrió las piernas y se colocó – Sabes tan bien… - tocó mi feminidad con la punta de su erección. – Relájate…

-Tengo miedo de que me duela… Zayn…
-No te haré daño… - se acercó a mis labios. – Iré despacio para que lo disfrutes. – en ese momento se introdujo en mi, causando algo de dolor.

-Zayn… - cogí lo primero que pillé que fue su pelo, tirando con fuerza de él. Pensé que me iba a decir algo pero siguió moviéndose con lentitud, en círculos, sin salir de mí. En poco segundos el dolor se transformó en placer. – Ya no me due… dios...  te amo. – entonces fue cuando empezó a moverse saliendo y entrando. Con movimientos más rápidos. Su respiración estaba agitada, le escuchaba perfectamente en mi oído, mientras que yo intentaba controlarme. Necesitaba sentirlo más. Acerqué mi cadera buscando más de él. Lo abracé con mis piernas.
-Bésame… estoy llegando. – busqué su boca, acariciando su cara limpiando el sudor que tenía en la frente. Aceleró mucho más sus movimientos. – Te amo…. – dijo parando. Un líquido caliente se introdujo en mí. Excitándome por completo. Zayn seguía quieto recuperándose pero yo quería más y necesitaba llegar al orgasmo como lo había hecho él. Me moví en círculos haciéndolo reaccionar. Levantó la mirada encontrándose con la mía. – Es tu turno. – me sonrió pícaramente. Y volvió acelerar sus movimientos, no tardaría mucho. Nunca en mi vida había sentido lo que empezaba a recorrer por mi cuerpo, algo caliente que me hizo dejar de pensar. – Ya está preciosa… un poco más… - succionó uno de mis pechos y perdí el control, los gritos salían de mi boca sin previo aviso y algo en mí bajó saliendo por mi feminidad. – Muy bien… estas tan caliente. Perfecta.

-Dios… - logré decir antes de caer en un sueño profundo.
 
Aquí os dejo otro capítulo :) Se acerca el final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario