(Narra
Liam)
Tenía a mi novia apoyando su cabeza en mis piernas,
miraba lo guapa que era, le acariciaba el largo pelo que tenía, solo nos
mirábamos. Los demás estabas ensimismados con sus respectivas novias, bueno,
Harry no, él estaba con su móvil pegado a la cara. Me incliné para besarla.
-Siento, mi comportamiento de aquellos días. – sonreí
mientras ella se sentaba recta para empezar hablar. – Fui una tonta pero es que
pensé que tú habías tenido la culpa de que Zayn se quisiera ir de la banda.
-Fue mi culpa.
-Ya pero no lo hiciste queriendo. En realidad fue la mía.
-No. – estaba equivocada, no le iba a permitir echarse la
culpa de eso.
-Sí. Estabas tonto porque yo no estaba a tu lado y la
pagaste con Z. – negué. – Bueno, da igual. Que lo siento ¿vale? Sabes
perfectamente que te quiero con todo mi corazón. – se acercó y conecto nuestros
labios para empezar a besarlos como si nunca los hubiera tenido.
-Eres una tonta, Michelle. – dije sobre sus labios.
-Una tonta a la que amas. – besó mi cuello. – Estoy
deseando que sean las diez. – mordió un poco mi oreja.
-¿A sí? ¿Para? – pregunté acercándola más a mí.
-Te deseo. – susurró antes de besarme ahora con pasión.
Estábamos igual.
-¿Y para que esperar a las diez? Subamos ahora. – rió.
Sabíamos lo que pasaría y lo estábamos deseando. Nos levantamos entrelazando
nuestros dedos y empezamos a subir las escaleras.
-¡No gritéis mucho! – dijo el idiota de Harry. Al parecer
no estaba tan ausente como pensé en un principio. Pobre, no tenía a Nere. -
¡Usad protección! – volvió a decir. Nos miramos y reímos, una vez dentro, no
tardamos ni cinco minutos en quitarnos la ropa. Acaricié su cuerpo besándolo
por completo, conocía cada lunar que tenía, cada detalle lo había grabado en mi
mente, ella suspiraba intentando no gemir. Agarró mi cuello haciendo que
subiera a sus labios para quedar en la parte de abajo, subiéndose encima de mí.
Me besó deseándome haciendo que nuestra temperatura subiera, mucho, bajó a mi
cuello, quedándose un rato allí dejándome una marca; que le pertenecía.
-¿Qué has hecho? – dije riendo, lo que había hecho me
puso más cachondo aún.
-Se verá precioso. Cuando lo veas recuerda que eres solo
mío. – siguió bajando acariciando mi pecho, mis abdominales mientras dejaba
besos mojados, llegó a mis caderas… lo iba hacer. Rió malévolamente y lo cogió
entre sus manos, sentía que me moría, era un placer inexplicable, gemí cuando
sentí como su boca entraba y salía de él, no aguantaría mucho como siguiera.
-Cielo… - solté en un gemido. – Para por dios, no llegaré
como sigas así. - Hizo caso omiso a lo que dije y siguió ahora con sus manos.
Lo decía totalmente en serio, me faltaba poco… La sentí en mi boca, mordiendo
un poco mi labio inferior, algo que verdaderamente agradecí. Nuestras lenguas
se rozaban con más ganas era imposible no gemir ante tanto placer, de un
momento a otro sentí como mi erección se ponía más dura de lo que ya estaba y
se encontraba dentro de ella, empezó a moverse circularmente aumentando así la
velocidad haciendo ella todo el trabajo. Sentía como subía y bajaba más rápido
que antes, estaba llegando y yo no tardaría, esta vez la agarré de las caderas
y mientras subía y bajaba yo me movía circularmente haciendo que gimiera y que
esos gemidos provocaran otros en mi. Había llegado, se aferro a mí y me besó
para no gritar como quería, me tocaba a mí, no tardé en salir para acabar
fuera. Hacer el amor con Michelle no tenía precio y mucho más si nos amábamos
cada día más.
-Estoy muy cansada. – dijo mientras se cubría un poco con
las sábanas. Me acerqué a su cuello y lo besé, entonces me acordé.
-¿Me has hecho un chupetón? – soltó una carcajada. Eso
era un sí seguro, me levanté tal cual estaba y fui al baño para mirarme al
espejo. ¿Cómo taparía eso? – Cielo… no
es justo que me hagas esto y yo a ti, no. – me puse los bóxers mientras veía
como se reía.
-Ni se te ocurra hacerme uno o serás hombre muerto.
-Sí, hombre. Tú me haces uno a mí ¿y yo no puedo hacértelo a ti? Lo llevas
claro Lady Payne. – Me besó haciendo que cayéramos al suelo.
-Amo que me llames así.
-Amo que ames que te llame así, pero me debes un
chupetón.
-¿No lo vas a olvidar? – negué, rió y yo con ella. –
Vale… pero ahora no, en las vacaciones de semana santa, que así nos vamos a
Cancún, recuerda que tenemos un viaje pendiente allí.
-¿Así? ¿Y eso?
-Las chicas…
-Oh, vale, vale, vale ya me acuerdo. ¿Nos vamos a Cancún
en Semana Santa? – asintió depositando un beso en mis labios, corto, muy corto
para mi gusto. – Cariño, no podremos hacer nada en Semana Santa, ya sabes...
-Mierda, es verdad… Bueno pues para el puente de Mayo, es
casi una semana de vacaciones y podremos ir, queda poco.
-Eso me gusta más. Me lo apuntaré en la agenda. – la besé
bajando mis manos a su culo. Salió un leve gemido de su boca, reí terminando
así nuestro beso. – Anda, vístete ya, es tarde, tenemos que bajar a cenar.
(Narra
Nerea)
-No puede ser que seas tan idiota.
-Te pasas mucho Nerea.
-Sabes que no, Zayn. De verdad que no haber hecho feliz a
mi amiga… - rió. – La pobre debe estar pidiendo cita para un convento.
-Sabes que la espero porque ella quiere, no quiero que
piense que voy de capullo. – podía ser idiota pero era un amor. – La quiero y
no voy a perderla por una tontería.
-Bueno… lo que se dice una tontería, no es ¿eh?
-Ya está. – dijo mi querida amiga More entrando con Pame
al salón. – No entiendo porque tenemos que recoger nosotras la mesa.
-Entre otras cosas porque perdisteis jugando a piedra,
papel o tijera, por ejemplo… - dijo Zayn acercándose para darla un beso pero
ella apartó la cara y el beso se lo llevo una almohada en su lugar. – Venga,
era broma, mañana los recogemos nosotros. – More sonrió mientras me miraba, lo
tenía comiendo de su mano.
-Pero que mala eres. – reímos aunque Pame y Zayn no lo
hicieron, no se habían enterado de nada
-¿Qué nos vamos a poner mañana? – dijo Pamela de pronto.
-¿Para ir a ver a Eduardo? – pregunté, asintió con
alegría. – Pues no lo sé pero tenemos que buscar algo bonito pero no muy
elegante.
-Para que preocuparos si tenéis a Michelle, ya sabéis
como es. – dijo riendo More, acompañada de Zayn que se había tumbado en el sofá
apoyando su cabeza en las piernas de esta. – No os preocupéis, yo os veo ya en
la pantalla grande. – Pame y yo soltamos una carcajada, estaba loca.
-Se ríen de lo que dices, amor. Las dos sabéis
perfectamente que si Eduardo os dijo eso, será por algo, es un gran productor.
– bueno, si analizábamos lo que Zayn había dicho, pues tenía algo de lógica.
-Sea lo que sea, nos encantara. – dijo Pame dándonos un
beso a cada uno y yendo a su habitación.
-¡Pame! ¡Mañana tendrás a Sandy contigo! – grité para que
me escuchara.
-¡Mañana no me esperéis para cenar! – pero que guarrilla
era. Solo quedábamos la parejita y yo. Miré la hora, las doce y diez, quedaba
muy poco para que mi Romeo subiera por mi ventana. Me levanté del sofá y me
despedí de Zore, su nombre oficial según las directioners.
Subí a mi habitación y abrí la ventana, tampoco es que
estuviera muy alto pero yuyu daba… Fui al cuarto de baño, me despeiné un poco
la melena, así era como mejor me quedaba. A continuación, me puse un camisón
bastante sexy con una minúscula braga que iba en conjunto con este, se
trasparentaba todo; menos mal que había conseguido adelgazar aquel kilo y medio
que subí en su momento. Con todo esto eran prácticamente la una, al día
siguiente no podría levantarme, así que faltaría a clase, ya me justificarían
las chicas con algo. Aunque lo mejor que podía hacer era decirle a mi madre que
no me encontraba bien, que había pillado un pequeño catarro, una mentira
inofensiva.
………………… conversación Telefónica …………………
-¿Mamá? – tosí un poco para disimularla mi mentira. –
Estoy mala, me parece que mañana no iré al cole.
-¿Qué tienes, Nerea? – mierda, ya estaba preocupada.
-Creo que me he acatarrado. Me duele la garganta y tengo
algo de fiebre. Pero no te preocupes que me he tomado una ibuprofeno.
-¿Las chicas lo saben?
-Sí, he estado hablando con ellas y les he dicho que le
digan a los profes que estaba mala y que les llevaría un justificante. – Volví a toser.
-Vale, pues te quedas en casa y si sigues así, me llamas
que te llevo a urgencias. – que exagerada era, pero había dicho que sí. – Les
dices a los One Direction que te hagan el justificante y punto.
-Vale, mami. Te quiero.
-Yo también, hija. Y duérmete ya, que no son horas para
llamar a casa, Lara podría despertarse.
-Lo siento pero ha sido cuando me he levantado a tomarme
la pastilla. Dale un beso de mi parte a papá y a la pequeñaja y dile que uno de
estos findes iré a verla.
-Está bien. Buenos noches cariño. Quédate en cama todo el
día mañana ¿eh?
-Sí, mamá, no te preocupes. Buenas noches. – dije
colgando. Podía pasar toda la noche con Harry sin preocuparme.
..…………………. Fin de llamada…………………
Me acosté en la cama para esperarle y no aparecía, ya
eran casi las dos y no había llegado, me estaba quedando dormida. Tenía los
ojos cerrados y sentí unos labios sobre los míos. Era él, me daba igual la
hora, había venido. Besó mi hombro y su mano subía por mis muslos
acariciándolos una y otra vez, no quería abrir los ojos, estaba disfrutando
mucho esa sensación. Llegó a mi braga e introdujo su mano dentro sin llegar a
tocar mi feminidad, intenté no moverme pero como lo volviera hacer no podría
dejar de hacerlo, no lo veía pero sabía que estaba riéndose, era un listo, me
estaba provocando pero no se imaginaba lo que le esperaba. Sacó la mano y subió
mi camisón hasta dejar mis pechos al descubierto, su otra mano subía por mi
tripa dejando pequeños besos en ella y recorriendo su lengua hasta llegar a mis
pechos. Abrí los ojos lentamente. – Harry… - suspiré antes de que siguiera, me
miró con esos ojos tan perfectos que tenía y me sonrió haciendo que
inconscientemente mis brazos subieran a su cuello para besarlo, le había echado
mucho de menos. Abrió la boca para que mi lengua entrara en la suya, cuanto lo
había estado esperando, empezó con un beso lento, algo largo, sonreí, estaba
feliz, se separó un segundo y aprovechamos para respirar. Volví a juntar
nuestros labios pero el beso cambiaba a deseo acumulado y pasión, empezábamos a
tener los labios algo hinchados y rojos. – Te quiero. – bajó a mis pechos
mientras se acomodaba encima de mí, estaba intacto de cintura para abajo, no se
había quitado nada, allí era donde aprovecharía yo pero de momento solo iba a
disfrutar de lo que estaba por hacerme.
Besó mis pechos dulcemente deteniéndose en uno de ellos mientras lo mordía haciendo que gimiera, lo hizo repetidas veces con ambos, no podía controlar mis leves gritos por ahora, intentaba dejarlos dentro de mí pero era casi imposible, de vez en cuando subía a mi boca para que lo hiciera dentro de la suya y así no se escucharan. Terminó por quitarme el camisón y ahora bajaba hasta mi ombligo recorriendo su lengua por mi tripa, algo que me volvía a excitar, se detuvo en mis bragas bajándolas lentamente haciendo que me desesperara. Sabía que me tenía loca pero lo hacía aposta, con cada sufrimiento se estaba ganando el suyo. Me la estaba tocando, rozó mi feminidad con su mano sintiendo un cosquilleó dentro de mí, algo único, todas las veces que lo habíamos hecho ninguna se compara con esta, me iba a morir del placer, estaba mojada y lo noto.
-Estas disfrutando ¿eh? – rió seductoramente, lo iba a
matar ¿Cómo me hacía sufrir así? “Calma,
Nerea, ya llegará su turno” me dije a mi misma. – Me pone que te ponga
tanto. – terminó diciendo depositando un beso cerca de mi vagina. Tres segundos
más tarde introdujo sus dedos en mí, me estaba gustando mucho, me ahogaba en
mis propios gemidos. Cuando el placer recorrió por mis venas concentrándose en
un gran gemido, cogí su cabeza, concretamente sus rizos y tiré de ellos cuando
sacó sus tres dedos. - ¡Auch! Nerea. – dijo gritando en silencio, se nos había
olvidado que More, Zayn y Pame estaban en la casa, no podían enterarse de nada.
– Mis rizos, cariño, me has hecho daño. – se los arreglaba con la mano. Cuando
ya me había recuperado, reí. Me acerqué y le di un pequeño beso. Besó mis pechos dulcemente deteniéndose en uno de ellos mientras lo mordía haciendo que gimiera, lo hizo repetidas veces con ambos, no podía controlar mis leves gritos por ahora, intentaba dejarlos dentro de mí pero era casi imposible, de vez en cuando subía a mi boca para que lo hiciera dentro de la suya y así no se escucharan. Terminó por quitarme el camisón y ahora bajaba hasta mi ombligo recorriendo su lengua por mi tripa, algo que me volvía a excitar, se detuvo en mis bragas bajándolas lentamente haciendo que me desesperara. Sabía que me tenía loca pero lo hacía aposta, con cada sufrimiento se estaba ganando el suyo. Me la estaba tocando, rozó mi feminidad con su mano sintiendo un cosquilleó dentro de mí, algo único, todas las veces que lo habíamos hecho ninguna se compara con esta, me iba a morir del placer, estaba mojada y lo noto.
-Lo siento, amor, es que no pude resistirme, estabas
delante. – me senté en la cama completamente desnuda, él solo miraba. – Eres
malo ¿Cómo me haces esto?
-Es tu recompensa ¿recuerdas? Además te veías perfecta
gimiendo, tendrías que haberte visto. – empezó a reírse.-Prepárate porque es mi turno. – lo besé con pasión bajando después a su cuello subiéndome encima de él, que estaba sentado con las piernas estiradas en la cama. Rocé su erección con mi sexo causando que gimiera ¿Cómo era posible que estuviera ya así, si apenas me había sentado encima? Lo repetí varias veces gimiendo yo también, se tensaba otra vez el ambiente, ni él ni yo podríamos aguantar mucho más, pero un poco tenía que sufrir. Puse mi mano en el botón de su pantalón, Harry miraba con ansias por querer que se lo desabrochara y quitara.
-Dios… - soltó en un gemido. Bajé lentamente sus
pantalones mirando su erección con una sonrisa, ahora era donde él se correría…
Le quité ahora los bóxers, subí mi mirada a su cara, estaba analizando lo que
haría. – Hagas lo que hagas, hazlo rápido por dios. – dijo de una forma casi
inaudible. Fue entonces cuando mi boca empezó a subir y a bajar por su miembro.
Escuché como después de repetidas veces haciendo aquel proceso, gimió del
placer, algo que también retumbó en mi sexo y me causó más placer, volviéndome
loca. Estaba a cuatro patas frente a él. – Ya, Nerea, por dios… me voy a
correr. – no quería que lo hiciera en mi boca así que lo besé con violencia. –
Eres lo peor de este mundo.
-Sabes que no. – dije sentándome sin que introdujera su
erección todavía. – Ya va siendo hora ¿no? – Se puso encima de mí y abrió mis
piernas, estaba mojada en cualquier momento podía penetrarme, rozó su mano en
mi clítoris haciendo que volviera a morir de placer, una vez que se colocó el
preservativo, lo sentí, algo que hizo que gimiera, me besó mientras empezó a
moverse. Cada vez sus embestidas eran más fuertes, un fuerte gemido salió de mi
boca cuando su miembro se había metido completamente y se había quedado allí
para moverse circularmente, algo que me ponía mucho más. Estaba a punto de
llegar y él lo sabía, comenzó a moverse más rápido para parar de forma
lenta, consiguiéndolo, se quedó quieto y
apreté su espalda. Salió con lentitud de mí para volver a embestir de forma
lenta pero fuerte haciendo que ambos llegáramos al orgasmo. Caímos rendidos en
la cama, me abrazó para después besarme antes de quedarme dormida. Dos en uno ¿eh? Ahora no me podeis pedir mas momentos asi porque me cuestan bastante hacerlos jdhbcndskjcns pero es pero que os guste :)
Omg osea no hace falta q te diga nada mas, me lo imaginaba mientras lo leia y moria jajajajaja me encanta cielo x cierto cuando t vea recerdame que te diga una cosa sobre este capi pero buenaaa ehhh jajajajaja tequiero muchote amore
ResponderEliminarMe encantaaaaaaaaaa :)
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