Algo le pasaba, nos metimos en la sala 4 de la primera
planta. Cerró la puerta y me acorraló entre su cuerpo y esta, me cogió de la
cintura y se fue acercando a mí. – No te imaginas las ganas que tenía de hacer
esto. – finalmente el espacio que había quedado entre nosotros, se esfumó. Sus
labios presionaban los míos, un beso salvaje pero tierno, era una mezcla de
emociones que estaba haciendo que
olvidáramos el mundo entero, notaba el tacto de sus manos por mi
espalda, la piel se me erizó. Me acerqué más a él no dejando ni un solo espacio
y su lengua entró a mí boca. Nuestra temperatura subía cada vez más, bajó a mi cuello para quedarse allí un largo
rato y volvió a subir a mi boca, besándonos con cada vez más pasión, nuestras
lengua se rozaban con ganas, mordí su labio inferior haciendo que gimiera.
Caminamos como pudimos y caímos en un sofá, bastante incomodo pero no
importaba, bajó una de sus manos hasta mi culo y me acercó más a él, reí y lo
volví a besar con deseo, eso era lo que sentíamos los dos, nos deseábamos. Cada
roce de nuestras lenguas hacía que la temperatura subiera más, empezábamos a
estar sudados, de repente sentí algo en mi entrepierna, un cosquilleo y por
alguna razón no quería que se apartara de mí, al contrario quería que me
siguiera besando como lo estaba haciendo. Empezó a bajar su lengua por mi
cuello lo que provocaba que pequeños gemidos salieran de mi boca. Acarició mi
brazo y bajó el tirante de mi camiseta mientras besaba con dulzura mi hombro y
volvía a mis labios. – Te amo, princesa. – dijo sobre estos. Con mi mano
acerqué su boca a la mía y terminó por quitarme la camiseta, recorrió desde mi
cuello hasta mi tripa, dejando besos mojados, en ella se detuvo metiendo una
mano en el pantalón mientras la acercaba al botón para desabrocharlo. Volvió a
mi boca y la lucha entre nuestras lenguas empezó otra vez, justo en ese momento se escuchó una música
interrumpiendo nuestro perfecto momento. Se levantó sobresaltado pero yo no le
di importancia y seguí besando su cuello, claro está que me arrastró con él
haciendo que me sentara, volví a besarlo porque él no se atrevía ya. – Lo
siento. – susurró haciendo que nuestro beso acabara. Suspiré y me senté bien
colocándome lo que quedaba de ropa ya que había sufrido el intento de “hacer el
amor”, a continuación me levanté parándome delante del espejo que había, me
puse la camiseta y me recogí el pelo que estaba hecho una mierda. No sabía cómo
comportarme ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿Hablarle como siempre? – le miré de reojo pero él seguía recuperándose
del calentón que habíamos tenido.
-¿Para qué me has traído aquí? – dije obviando aquel
momento. Pero nada, seguía igual. ¿Qué coño le pasaba? – Niall… - me senté a su
lado acariciando su pelo.
-Yo no quería.
-Me he dejado llevar por mi instinto masculino - ¿Estaba
así solo porque habíamos intentado hacerlo? Sonreí para mis adentros, quedaban
muy pocos como él. – Perdóname. – dijo por fin conectando nuestras miradas.
-Somos novios, esto pasa, no te rayes. – reí haciendo que
su sonrisa volviera aparecer.
-Ya pero no creo… - me negaba a seguir escuchando esas
tonterías, lo besé transmitiéndole seguridad y en ningún momento miedo,
haciendo que el beso fuera mágico, especial y lleno de ternura. Sonrió sonrojándose.
Me abracé a su cuerpo escuchando sus latidos que iban a mil por hora. – Nos
vamos. – dijo de pronto.
-¿Cuándo?
-Mañana por la noche ¿quieres venir conmigo? – abrí los
ojos y sonreí sin que él lo viera.
-¿Puedo ir? – me separé para poder tener una
conversación. – ¿No te van a decir nada?
-Lo pago yo, no creo que lo hagan.
-¿Y las directioners?
-Bueno… tendrán que superarlo. – dijo riéndose sacando de
dentro su peculiar sonrisa. – Te invito a cenar. Tengo que llevar a tu hermana
a las 9 a un sitio y podemos después ir a cenar por ahí. – volví a unir
nuestros labios. Ese momento incomodo para él, para que negarlo, para mí
también, había pasado a mejor vida, el olvido.
(Narra
Bego)
No encontraba a _____ por ningún lado, se acercaba la
hora y tenía que vestirme. Entré a uno de los baños y estaba Harry, le sonreí y
pasé. Quería matar a la rubia cuando me di cuenta de que el vestido era de
cremallera ¿tenía que elegir precisamente ese? Con el vestido medio puesto salí
y miré a Harry que seguía allí, a través del espejo pude ver como intentaba
disimular una sonrisa, se giró de golpe. Antes de que hablara me adelanté.
-¿Me puedes ayudar con la cremallera? – reaccionó después
de unos segundos acercándose. Puso sus manos en la parte baja del vestido,
donde empezaba a cerrar esta, me estremecí sintiendo sus manos en mi cuerpo.
-Bonito tanga. – soltó cuando acabó, estaba roja como un
tomate ¿tenía que mirar? – Seguramente el sujetador sea igual de bonito y sexy.
– sexy era un rato, rojo con pequeñas rayas blancas en la parte superior, rojo
y blanco, la excitación en persona.
-Siento que no puedas verlo, no lo llevo encima. – dije
sonando lo más natural posible. Me miré en el espejo, la verdad es que el
vestido era bonito, palabra de honor, blanco y se moldeaba perfectamente a mi
cuerpo. – Este vestido con sujetador como que no… - concluí antes de empezar a
retocarme el maquillaje.
-¿Tienes una cita?
-Sí.
-Veo que te has tomado en serio eso de ir por caminos
diferentes ¿no?
-¿Por qué no iba hacerlo? – pregunté con el brillo de
labios en la mano para después coger un pintalabios más provocativo. Él se
acercó un poco más donde yo estaba. Miraba mis labios mientras los encendía con
un rojo pasión.
-No sé, tienes razón, ha sido una pregunta tonta. Que
disfrutes de tu cena. – enredó por mi espalda sus brazos en mi cintura,
apoyando su cabeza en mi hombro izquierdo, se quedó así un largo tiempo y yo
sin poder hacer nada – Te deseo lo mejor. – susurró cerca de mi oído. – Espero
que él te haga feliz ya que yo no pude. – Sonaba a despedida. Besó mi mejilla y
poco a poco sus labios se acercaban peligrosamente a mi boca, en un movimiento
rápido me giró quedando frente a él, miraba mis labios sin decidirse a besarlos,
yo intentaba mirar sus ojos, sus precioso ojos color esmeralda que brillaban
con mucha intensidad. Era incapaz de alargar una de mis manos para acariciar su
cara, me estaba muriendo por hacerlo pero no podía ¿Por qué no acababa de una
vez? ¿Por qué no me besaba? Se inclinó hacía mi, moría por hacerlo al igual que
yo moría porque lo hiciera, me estaba volviendo loca, rozó nuestros labios y
sentí como todo el estrés acumulado en minutos salía de mí para pasar a ser un
deseo porque se quedará así mucho tiempo. Por fin mis manos reaccionaron y
subieron a su cuello, rodeándolo. Saboreé con dulzura aquellos labios, entre abrí
mi boca permitiendo que su lengua pasara. Mordió levemente mi labio y sonreí,
lo que él noto. Me sentía feliz pero duraría solo unos segundos más. Se separó
lentamente intentando coger aire, tenía la respiración agitada al igual que yo.
Reí porque tenía toda la boca pintada de mi rojo, sin saber porqué, reí y él también lo hizo para después volver a
besarme. Terminó dándome un pico. – Como extrañaba besarte. – besé su cuello y
volví a depositar mis labios en los suyos.
-Gracias por ayudarme. Me tengo que ir. – Salí de allí
dejándolo desconcertado y desconcertándome a mí misma. Me senté un segundo en
el sofá para volver a pintar mis labios, caminé hasta la salida trasera, se me
hacía tarde y ____ seguía sin aparecer.
-¡Bego! – me giré y allí estaba esperándome con Nialler
en su coche.
-¿Dónde estábais? - dije subiendo. Se sonrojó. – No me lo
digas. ¿Cuánto tardaremos?
-No mucho, unos cinco minutos como mucho. – Nialler
empezó a conducir, era un alivio saber eso porque no tenía mucho tiempo. – Ya
estamos. – me despedí de ellos pero me acordé que había dejado mi ropa en el
baño.
-Rubia, ve a por mi ropa, está en el baño de la segunda
planta, déjala en mi habitación. – asintió con una sonrisa. – Otra cosa, no
creo que hoy duerma en casa. – los dos soltaron una carcajada y ya sí que me
fui.
Entré en el restaurante, muy elegante para que negarlo.
Nada más entrar desprendía un olor romántico, mezclando vainilla y chocolate,
era lo que se te venía a la cabeza apenas ponías un pie en él. Todas las mesas
tenían en medio un arreglo floral y a los lados de estas dos velas rojas. Las
cortinas tenían un color granate con grandes lazos dorados que las ataban para
que no se abrieran. Un camarero vino hasta donde estaba y me llevó hasta donde
estaba Andy. Se levantó nada más verme, me abrazó terminando con un beso en mis
mejillas.
Llegué a casa algo rayado. Había disfrutado mucho de sus
labios, los había echado de menos. Estaba cabreado porque no sabía con quien
estaría cenando ¿quién era su cita? Subí a casa y recordé que en mi chaqueta
llevaba su sujetador y camiseta. Había sido un atrevido en cogerlo pero necesitaba
tener algo de ella, que me recordara siempre su olor. Subí a mi habitación sin que Louis me viera,
seguramente estaría en la cocina. Dejé la ropa en uno de mis cajones y volví a
bajar.
-Hola, ya estoy en casa. – dije entrando en la cocina. –
como te conozco, amigo mío. – Pasé uno de mis varazos por sus hombros y me
senté a su lado en un taburete.
-¿Por qué?
-Siempre estás en la cocina, creo que eres otro Niall en
secreto. – reí pero no él no, algo le pasaba.
-Sí, yo también lo creo. – miraba al té que tenía
delante. En ningún momento había levantado la vista para mirarme.
-¿Qué pasa? Puedes confiar en mí, eso no hace falta ni
que te lo diga. Eres mi novio en secreto ¿recuerdas? – por fin había sonreído.
- ¿Qué pasa, Louis?
-Raquel tiene un retraso. – abrí los ojos a más no poder.
¿Retraso? ¿Era el retraso de la regla? ¿Se refería a otro retraso o qué? - ¿Y
si está embarazada, Harry? - ¿Qué hacían los amigos en estos caso? ¿Qué decía
por dios? – no creo estar preparado para ser padre. – lo abracé, era la único
que podía hacer sentí como empezaba a llorar, dejé que lo hiciera, lo
necesitaría. Pero en cuanto acabara el abrazo tendría que decirle algo. Se
separó lentamente y me miró.
-Seguro que es una falsa alarma, no te preocupes y si al
final sí que lo está, seremos una familia algo rara, tendrá cuatro tíos tontos
que lo querrán y millones de personas que lo amaran.
-Y odiaran.
-No digas eso. No es seguro nada. ¿Sabes cuánto tiempo
lleva de retraso?
-Dos semanas. – dijo ella entrando a la cocina. – Mi regla
está muy normalizada. – ¡mierda! Me había quitado la pregunta.
-Pero como no usasteis protección, chicos. Existen los
preservativos.
-Sí que lo hicimos. – contestó Louis. ¿Entonces? Ahora sí
que no entendía nada. – Pero nos dimos cuanta tarde de que se había roto. – ¡La
virgen! Me llevé las manos a la cabeza y fui a por un vaso de agua.
-¿Entró algo? – pregunté con miedo. Vale, la pregunta era
asquerosa pero todo dependía de eso. Bebí mientras se miraban y decían
contármelo.
-Creo que no. Se corrió casi dentro pero salió antes, no
creo que haya entrado nada. Y es que
encima no nos gusta, siempre acaba fuera.
-¡No me lo cuentes! – dije con cara de asco, no me
interesaba su vida sexual con mi amigo. Louis rió.
-Lo vamos a traumatizar. – dijo esta vez, Raquel riendo.
– Necesito que nos hagas un favor. – moví la cabeza para que me lo dijera. –
Cómprame un test de embarazo, por favor. - ¡¿Qué?! ¿En serio tenía que ser yo?
Tenía que ir. Asentí y salí al salón para coger mi chaqueta.
-¿Uno o dos? – pregunté poniéndomela.
-Dos, por si acaso. Ve a la farmacia que hay aquí en la
urbanización. – Louis me dio un abrazo. – Se discreto, Harold, no quiero
meterte en líos.
-No te preocupes. Ya verás como todo va a salir bien.
-Pase lo que pase. Estaré aquí. . – dije pasando uno de
mis brazos por sus hombros. - Si tengo que hacer de niñero pues hago de niñero,
si tengo que perder una cita para cuidarlo, lo hago. – conseguí que riera.
-Gracias de verdad. Sinceramente no se qué haría sin ti.
-Yo tampoco.
-Necesitaré tus rizos cuando me quede calvo de tanto
jugar con Louis junior.
-Te dejo algunos pero no todos. Mis rizos no se tocan,
compañero.
-Callaos de una vez. – dijo Raquel abriendo la puerta. No
podíamos descifrar su cara, no tenía expresión. Alargó su mano y con ella el
test, le di un golpe a Tommo para que lo cogiera pero seguía igual parecía en
estado de shock. No aguantaba más esa situación así que lo cogí yo. Salté de la
alegría y corrí abrazar a Raquel, quien ya tenía lágrimas en los ojos. – Me nos
mal. – me susurró, había estaba abrazado a Raquel unos minutos y él seguía en
el mismo estado.
-¡Louis! – Grité - ¡No está embarazada!
-Ha dado negativo. – dijo ella abrazándolo para después
besarlo haciéndolo salir de su estado alucinógeno. Caminé con pasos rápidos al
sofá y cogí mi iphone, tenía que twittear.
“¿Destino? No puedes cambiarlo pero él a ti, si, en
cuestión de segundos. Aunque Dios tiene mucho que ver, solo él decide.”
Chicaaas!! Aquí el final de la primera temporada. Deciros qu eno subiré hasta Septiembre o así :S pero os gustara la segunda, espero :) Hoy ha sido mi cumpleee!! Gracias a todas las que me felicitasteis!! Sois puero amoooor!!
Pues eso que os voy a echar de menos durante estos meses!! :( Espero que os gustee!!
Besos guaposaaas!
More more more more felicidades otra vez guapisima!!! Que fui la primera osea ahhhhhh y pedazo tocho ehhh cn canciones y foto y todo que me encanta el capi que me encantas tu y que te quiero cosa bonitaaaa
ResponderEliminarILYSM!! Cosa bonita? yo contigo nosr como me llamo jajajaja Gracias cari!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMore perfecto me encanta, no me puedes dejar sufriendo hasta septiembre me vas a matar de la intriga y feliiciidadees atrasadas ya te hablo por whatsapp
ResponderEliminarGracias cieloo!! A ver... intentare subir antes pero a saber.. ok! Espero que me hables :)
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