sábado, 27 de julio de 2013

Capítulo 100 (parte 1)


              (Narra Zayn)
-¿En serio no piensas venir hoy?

-Zayn…

-No, Zayn nada. – La miraba a través de la pantalla de la tableta. – Llevo casi cuatro meses sin verte ¿y ahora me sales con esto? – dije enfadado. - Se suponía que vendrías hoy por la noche. Y yo como un tonto preparándote una cena romántica, con velitas rojas y vino.
-Lo siento, amor. – en otra situación le hubiera sonreído al escucharla llamarme “amor” pero ahora me era imposible, estaba realmente enfadado. – Pero es que…

-No. Déjalo. No quiero saberlo. La cena la guardaré en la nevera. Mañana cuando llegues, la calientas y te la comes. No viajes a Doncaster sin comer antes. Te estaré esperando allí.
-Zayn, joder. No te pongas así.

-No me pongo de ninguna manera. Me voy con los chicos, tengo que cuidar de Matt.
-Zayn, no me. – no escuché nada más. Finalicé la video llamada apagando la tableta.

Estaba tan cabreado. Llevaba meses esperando este día. No me había dejado ir a verla y ahora que le preparaba la cena para recibirla como se merecía me salía con esa tontería. Estaba cansado. Cogí mis llaves y me subí en mi coche. Diez minutos después aparqué delante de la casa de Louis.
-¡Malik! ¿Contento porque esta noche tendrás a tu novia entre tus piernas? – dijo guiñándome un ojo. Lo miré con indiferencia y me abrí paso a la sala.

-¡Hey campeón! – dije cogiéndolo en brazos. - ¿Listo para pasar la tarde con el tío Zayn? – asintió abrazándome. - ¿Y Baby Matt?
-En mi habitación durmiendo con mi madre y mi tía Nerea.

-¿Está haciendo la siesta? – se encogió de hombros, me reí. - ¿Por qué no subes y le dices a tu tía Nerea que me lo preparé y así nos vamos?
-¡Sí! – gritó subiendo las escaleras una vez que lo dejé en el suelo.

-¿Me vas a decir que te pasa? – me preguntó Louis sentándose a mi lado.

-No habrá noche con mi novia entre mis piernas. – me miró poniendo los ojos en blanco. – No viene hoy.

-¡¿Qué?! Pero si la boda es pasado mañana ¿cómo que no viene hoy?

-No lo sé, Louis. – dije tapándome la cara con las manos, dejándome caer en el respaldo del sofá. – Acabo de hablar con ella y eso es lo que me ha dicho.

-Mañana nos vamos por la tarde todos juntos. ¿Entonces ella no vendrá? – negué frustrado. – Bueno… ¿pero te ha explicado algo?

-No la he dejado. Le he colgado la llamada.

-Eres idiota.

-Gracias por lo que me toca. – dije con sarcasmo. – No quiero hablar del tema. Sube  a ver si los niños están listos.

-Vale. Ve poniendo las sillas por fa. Están en la entrada. – suspiré cogiendo las dos sillas, una más grande que la otra. Las coloqué en mi coche en la parte trasera. – ¡Ya estamos aquí! – me giré a verle y me hizo gracia. Cogí a Jack sentándolo en la silla más grande mientras que Louis colocaba a Matt en el otro lado del coche.

-Toma Zayn. – dijo Nere dándome un enorme bolso. – Gracias por el favor de verdad. Te imaginaras como está Andrea.

-¿Nerviosa? – asintió riéndose.

-Esta noche los recogeremos. ¿Sobre las diez?

-Ok. No os preocupéis. – dije mirando a Louis que se acababa de poner a lado de Nerea. – Os veo luego. – me monté y conduje hasta mi departamento nuevamente. – A ver Jack. Quédate aquí. – rodeé el coche y cogí a Matt, el pesado bolso colgaba de mi hombro y con mi otra mano llevaba a Jack. Como pude logré abrir la puerta y Jack pasó corriendo. Dejé aquel bolso en el sofá individual y me llevé a Matt a la cocina. - ¡Campeón! ¡Ven a la cocina! – en cuestión de segundos apareció con unos juguetes en la mano. Me reí cuando lo vi. Se lo habíamos regalado Niall y yo hacía cuatro meses, cuando pensé que perdería  a mi novia y gracias a dios no fue así. ¿Qué te parece? – dije sentándolo en un taburete mientras buscaba un zumo en la nevera y unas galletas para dárselas. Me senté a su lado con Matt. - ¿Qué os parece si después de dormir un rato vamos al parque y os compro un helado? - usé un tono de emoción.

-Tío… Matt solo puede comer leche… - me dijo inocente. Solté una carcajada y el pequeño Styles mostro su hoyuelo. – Pero podemos ir… y me das su helado a mí. Estoy seguro de que no se enfadara. – Le revolví los rizos levantando a por el bolso de Jack.

-Está bien. – entré en la cocina otra vez, saqué el biberón de Matt y se lo di. – Espero que tus padres no se enteren de esto ¿eh? – el negó asustado.

-Sera nuestro secreto, tío Zayn. – levantó su pequeña manita para que la chocáramos. Estuvimos unos minutos más mientras se terminaba el zumo y los llevé a la habitación que tenían solo para ellos dos en mi casa. Puse a Matt en la cuna después de haberle cambiado el pañal y haberle puesto un body limpio. Me acosté a lado de Jack y empezamos hablar de los tantos secretos que teníamos guardados. Lo consentía mucho y si algún día Louis se llegaba a enterar podría olvidarme de verlo crecer. Sin darme cuenta se había quedado dormido. Me levanté cubriendo su cuerpo con una fina sábana y caminé hasta mi habitación dejando  ambas puertas abiertas por si alguno de los dos se despertaba. Me senté en el pequeño sofá que daba la vista a la calle. Me quedé un rato observando los coches pasar y algunos niños jugar en el pequeño parque que había justo delante. En algún momento escuché pasos venir a mi habitación. Allí apareció Jack llorando mientras estiraba sus brazos para que lo cogiera. Sin pensármelo dos veces, me levanté del sofá y lo acurruqué en mi pecho. Dejé que se tranquilizara mientras me limitaba a caminar de un lado a otro de la habitación acariciando sus rizos. – He tenido una pesadilla. – habló de repente. – Había fuego y tía More estaba dentro y yo la veía desde otra habitación y no podía hacer nada. – sollozó con la respiración entre cortada.

-Shh. – me senté en el mismo sofá de antes con él en mi regazo. – No lo recuerdes. No ha pasado nada. Solo ha sido una pesadilla. – hizo caso  omiso y siguió hablando.

-El tío Niall también estaba y mi papá también. Intentaron apagarlo pero fue inútil y cada vez se la veía menos por el humo y las llamas. Fue tan real…- sus ojos se volvieron a cristalizar.

-Venga, Jack… ya pasó cariño. – le di un beso en la frente peinando sus rizos para atrás. – Tu tía está bien. He hablado esta mañana con ella. – me miró con tristeza. – Pero si te quedas más tranquilo… la podemos llamar ahora. – asintió ahora más calmado. Miré la hora y eran las cuatro, así que allí serian las tres. Busqué en mis últimas llamadas y fue la primera, le di a llamar. Uno, dos tres pitidos al otro lado pero nada. Jack me miraba ansioso, le sonreí y volví a intentarlo. Y entonces escuché su voz. Menos mal.

              …………………. Llamada Telefónica ………………..

-¿Zayn? ¿Pasa algo? – se escuchaba nerviosa y había mucho ruido. No pude evitar pensar que estaba en un hospital o algo parecido.

-¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Por qué hay tanto ruido? – soltó una carcajada que me tranquilizó muchísimo e inconscientemente sonreí mirando a Jack Marcos. – Está bien, campeón. – dije apartando un poco el teléfono.

-¿Está Jack contigo?

-Sí pero ahora contéstame.

-Dios, Zayn. ¿No se suponía que estabas enfadado conmigo? – me reprochó.

-Yo en ningún momento te dije eso. Y contéstame a lo que te he preguntado.

-Estoy bien. Haciendo compras con una amiga del colegio. En un centro comercial. – respondió en orden a mis preguntas pero sonó seca. - ¿Por qué? ¿Pensaste que me iba a morir sin despedirme de ti?

-No digas eso ni en broma. – suspiró con fuerza. - Jack ha tenido una pesadilla y has sido tú la protagonista. Te lo paso para que vea que estás bien. – le di el teléfono  pero lo mejor sería ponerlo en altavoz.

-¿Tía More? – preguntó dudoso.

-¡Mi pequeñín! ¿Cómo estás, corazón? ¿Qué es eso de que has tenido una pesadilla? – Jack se rió satisfecho.

-Está bien, tío. – me dijo entre risas. Después se volvió a centrar en ella. – No sé porque he soñado que estabas en un inc. – le tapé la boca con la mano. Aparté el teléfono lo más lejos posible.

-Creo que lo mejor será que se lo cuentes en persona, así no se preocupa.

-¿Jack? Has soñado que yo qué.

-Mejor te lo cuento cuando estés aquí conmigo. ¿Cuándo vienes? – preguntó jugando con sus manos mientras yo sujetaba el teléfono. - ¿Hoy?

-Mañana estoy allí sin falta pero me ha dicho tu mami que os vais por la tarde a Doncaster así que te veré el Sábado por la mañana.

-Jo. – hizo puchero y me reí.

-Ya has comprobado que está bien. Ahora ve a lavarte la cara que nos vamos a por dos super helados. – se bajó de mis piernas pero no se movió. – ¿Quieres despedirte de ella? – asintió riéndose.

-¡Tía! Mi tío me va a comprar dos helado solo para mí y yo me voy a comer el de Matt ¿a que no soy malo por hacer eso? – ella soltó una carcajada. – Es un secreto. – susurró.

-Yo te lo guardo. Cuídate cielo. – él le digo “adiós” con la mano como si lo pudiera ver y salió corriendo de mi habitación. Me levanté y caminé a la habitación donde estaba Matt mientras quitaba el altavoz. – Zayn… - suspiré pero no le respondí. – Se que estás enfadado pero yo también tendría que estarlo antes me has colgado. No has dejado ni que me explique.

-No quiero recordar lo de esta mañana. Me pongo de los nervios de solo pensarlo. Ahora que sé que estás bien te veo el sábado.

-¿No me vas a llamar para darme los buenos días como siempre? – negué rotundamente después me di cuenta de lo tontería que estaba haciendo.

-No lo creo. Estaré con los chicos y por una cosa o por otra siempre acabamos con los niños y cuando nos queremos dar cuenta ya suele ser de noche…

-¿Eso que tiene que ver? – me dijo indiferente.

-Que seguramente hoy me quedaré hasta tarde y mañana cuando me despierte será para hacer la maleta y subir al autobús con destino a Doncaster. – me excusé.

-Vale. Como quieras. Te veo el sábado. – no me dio tiempo a decirle Te veo allí porque había colgado.

               ……………….. Fin de llamada ………………….

Suspiré frustrado y cogí a Matt para volver a darle su biberón y cambiarlo de ropa para salir al parque. Pasamos lo que quedaba de tarde jugando entre risas y más risas, Jack fue el que más disfrutó y agradecí que no me reconocieran porque pude pasar una tarde como una cuando no era famoso. Como le prometí al pequeño Tomlinson le compre dos helados solo para él y yo opté por pedir un granizado. Hacia un tiempo realmente bueno y por ello calor. Una vez en casa lo primero que hicimos fue tirarnos en el sofá, obviamente Matt conmigo y con mucho cuidado. Después de descansar unos minutos, un baño les vendría bien. Cuando ya estaban duchados, cambiados y sentados viendo “Dora la exploradora” en el sofá más grande, caminé a la cocina. Metí pizza en el horno y saqué la tarta de chocolate que tanto le gustaba a Jack, corté dos trozos y los dejé en la encimera. Bajé un poco el horno antes de caminar al salón a sentarme con los niños a esperar. No estuve más de cinco minutos cuando la puerta sonó. Miré el gran reloj que tenía en el salón y Nerea no podía ser. Eran a penas las ocho y media. Tampoco esperaba visita así que sin más rodeos abrí la puerta. Abrí los ojos cuando la vi.

-¿No me piensas saludar?

-Pero tú…

-¡Tía! – gritó Jack sacándome de mi estado de sorpresa. – Nos dijiste que te veríamos el sábado. ¡Eres una mentirosa! – ella lo cogió en brazos besando su mejilla.

-¡No me llames así pequeñajo! – dijo dejándolo en el suelo mientras se ponía a su altura. – Quería daros una sorpresa. – Jack pasó sus pequeños brazos por su cuello y la abrazó. – Te he traído algo. – sacó de su bolso dos tabletas de chocolate, las que tanto le gustaban a Jack.

-¡Gracias! – volvió a abrazarla y después me miró. - ¿Me las puedo comer?

-Después de la cena ¿vale? – asintió dándomelas y volvió a la sala. Ella se giró sobre sus talones y cerró la puerta pasando a mi lado. - ¿Esto es una broma? – dije cuando la vi caminando hacia la cocina.

-No. ¿Puedes dejar de ser tan idiota y venir a besarme, Zayn? Alégrate porque esté aquí y ya.

-Pero me dijiste que. – sus labios se movieron con lentitud sobre los míos. La abracé por la cintura respirando su aroma. Se separó para besar mi cuello y después mi hombro. Le di un beso en la cabeza peinando suavemente su precioso pelo. Se lo había cortado a capas largas y ahora tenía pequeños pelos escapándose por su cara. - ¿Por qué no me dijiste que vendrías hoy? – se encogió de hombros aún abrazada a mí. - ¿Era necesario mentirme y hacer que me enfadara? – no me miraba. Cogí su cara entre mis manos y la obligué a que me mirara. - ¿Por qué lloras?

-Te he echado tanto de menos mi amor. No te imaginas cuanto.

-Ha sido algo mutuo, cariño. Pero no tienes porque llorar, ya estás aquí y estamos juntos. – dije besándola tiernamente. – Vamos a disfrutar de estos días antes de que te vuelvas a separar de mí.

-Zayn, me voy a quedar.

-Sí, ya sé que me has dicho que te quedaras cuando estés segura y no te culpo. Te esperare.

-Zayn, me voy a quedar. – volvió a repetir.

-Que sí que lo sé. Claro que te quedaras estos días conmigo.

-No, Zayn. Escúchame. – dijo subiendo sus manos a mi nuca acariciando mi pelo. – Que me voy a quedar a vivir contigo. – abrí mis ojos sin creerme las palabras que acababa de decir. Había esperado tanto tiempo escucharlas y ahora que por fin las escuchaba no sabía qué hacer, ni que decir. – Seremos una pareja como debió de haber sido desde hace años.

-Yo… - estaba emocionado, mis ojos amenazaban con llenarse de lágrimas. – Yo ¡Dios! Yo soy tan feliz mi amor. No, no sé qué decir. – le di un pequeño beso en los labios y luego en la nariz.

-Solo dime que me amas y que nunca me dejarás. Que me harás feliz y que nunca me decepcionarás.

-Te amo. Nunca te decepcionaré. Te haré feliz cariño. Siempre. – me sonrió limpiando pequeñas lágrimas de mis ojos. Y fue entonces cuando vi aquellos tatuajes en sus manos. En la izquierda se había tatuado un “Zayn” y en la derecha un “You Stole My Heart” cogí sus muñecas y las besé sorprendido. Me encantaba, se limitó a reírse. – Te lo prometo, mi vida. – me incliné para besarla y rocé nuestros labios. – Soy tuyo. Siempre seré tuyo y de nadie más. – y está ves sí que la besé. Un beso de amor verdadero que se intensificó cuando posé mis manos en mi cintura y la acerqué sin dejar ni un mínimo espacio entre nosotros. Un beso que fue interrumpido por el llorar de un bebé y ese sin lugar a duda era Matt. Jack apareció en la cocina mirando como ella se giraba para mirarlo y yo apoyaba mi mentón en su hombro derecho, le di un pequeño beso en el hombro y le sonreí al pequeño Tomlinson.

-Tengo hambre y Matt también. – Me apresuré a mirar el horno para ver si la pizza aún sobrevivía y con suerte se podía comer. Pude sacarla justo cuando estaba en su punto. - ¿Dónde vamos a comer?

-En la sala. Ahora cenamos. – dije sonriendo. Él miró la encimera donde estaba la tarta y las tabletas de chocolate. – Eso es para después. – se rió desapareciendo por el pasillo. Matt aún lloraba pero no podía hacer todo. - ¿Puedes?

-¿Está en la sala? – asentí. Me lanzó un beso y salió emocionada. Ella aún no lo conocía y estaba seguro de que le había muchísima ilusión verlo.

 
              (Narra Liam)

-Tío, dos horas y dejarás de ser un novio para convertirte en un hombre casado.

-¿Estás nervioso? – me interrumpió Niall.

-Más que eso. No lo veis que está tan tenso que no me deja ponerle la corbata. – dijo riéndose Harry.

-Callaos ya. Dejadme en paz por dios. Voy a explotar. – paseaba de un lado a otro de la habitación mordiéndose las uñas y desabrochándose los botones de la camisa. – ¡Esto me aprieta!

-Tranquilízate, hermano. – le di unos golpecitos en la espalda. – Voy a ver cómo está Zayn con el catering.

-Mira a ver si ya está la familia de Andrea en el jardín.

-Louis. Llegaron ayer por la noche, los saludaste a todos ¿Qué quieres que compruebe ahora?

-Solo mira si están los invitados, la música. No sé algo. – dijo levantando demasiado la voz. Bufé y salí de la habitación. Entendía que estuviera nervioso pero que pesado ¡por dios! Bueno en realidad no lo entendía del todo. Nunca me había casado pero supongo que de eso se trataba los minutos previos a ser un hombre casado. Bajé la gran escalera decorada por rosas blancas y pasé por la sala para salir al enorme jardín. Había mesas redondas con ocho sillas en ellas, por lo tanto, para ocho personas. 20 mesas justas. Caminé unos metros más y llegué a una mesa rectangular colocada en forma horizontal, cubiertas por un mantel rosa palo y tres líneas blancas en los bordes. Encima de todas las mesas no podía faltar un jarrón con flores y un cartelito con el nombre de las personas y un “Bienvenidos a  nuestra boda”. En la mesa rectangular vi a Zayn hablando con los camareros para que empezaran a organizar los aperitivos y distintas fuentes con bebidas alcohólicas. El sitio que habían elegido era como un castillo medieval. Era perfecto para bodas, según me había mencionado Michelle.

-En medio, la tarta. Que no se os olvide. – escuché cuando me aproximaba a él. – Está quedando bien ¿no?

-Lo tienes todo controlado. – dije riéndome. – No me imaginé que dibujando podrías llegar a organizar  tan bien este sitio. – miré dónde se encontraba el altar. Un largo pasillo se dejaba ver entre las sillas blancas donde se sentarían los invitados. Este empezaba cuando salías al jardín por la puerta trasera y terminaba en un arco nupcial. Aproximadamente unos 12 metros. Todo esto decorado con distintos tipos de flores blancas. – Lo que más me gusta sin duda es el altar, tío. Me encanta.  

-¡Menos mal que me lo has dicho! – buscaba con la mirada algo o a alguien. – ¡Angelina! – la señora de unos 40 años muy bien llevados se giró sobresaltada. - ¡Que no se te olvide que tienen que colocar dos antorchas antes de llegar al altar y a su lado lirios blancos! – ella sonrió asintiendo y perdiéndose entre las distintas personas terminando de organizarlo todo. –Yo creo que con esto he acabado. – me dijo sonriendo. – Estás muy guapo Payne.
-Gracias. No puedo decir lo mismo de ti, Z. – el aún no se había puesto el traje.

-Que gracioso… ¿Qué tal está el novio? – le detallé lo nervioso que estaba Louis mientras íbamos a una habitación para que se cambiara. Sin darnos cuenta el tiempo había pasado demasiado deprisa para el gusto de Zayn que le faltaba arreglarse el pelo y estábamos a diez minutos para que la boda empezara. Miré por la ventana y los invitados ya estaban sentados en sus sillas. La familia Styles junto a la familia Malik, a su lado mi familia. En el otro pasillo se encontraba la familia Tomlinson y la familia de Andrea. Y detrás de está la familia Horan con el pequeño Theo, en brazos de Denise. Las demás sillas las ocupaban amigos y los demás familiares de la novia y el novio. Louis ya se encontraba en el altar hablando con Harry y Niall. Las mesas estaban vacías y los camareros aprovechaban para revisar los arreglos florares. Tenían tiempo hasta que la boda terminara. - ¿Cuánto me queda?

-Cinco minutos. ¡Corre! – después de un “ya estoy, vamos que llegamos tarde” bajamos con los chicos. La entrada nupcial empezó a sonar. Y nosotros nos sentamos en las sillas que nos habían reservado en primera fila dejando una de por medio para nuestras novias. Louis esta vez se quedo solo acompañado del cura. Segundos después salió Jack con un traje y en sus manos unas cajas pequeñas blancas. Los anillos. Detrás de él estaba Lottie y Waliyha con rosas. Iban vestidas iguales, me dio tanta ternura verlas. Nerea y mi novia las seguían con más rosas. Y allí estaba la novia con un precioso vestido blanco, un velo tapando parte de su cara y un ramo de flores en su mano y acompañada de su padre que sonreía con lágrimas en los ojos. Para terminar More y Pame llevando una larguísima cola que dejaron caer cuando Andre empezó a caminar hacia su novio. Cuando llegó al altar su padre le dijo unas palabras y Louis sonrió. Las chicas se sentaron con sus parejas y Michelle me sonrió mientras entrelazábamos nuestras manos.

-Me encantan las bodas. – susurró dándome un beso en los labios.
-No hagáis esto, aquí. – me dio un golpe en el hombro Zayn. – Es una boda, joder. - More le robó un beso y nos reímos. La boda acababa de empezar.


Uno más y se acaba :/

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